Josué 9:20, 2 Samuel 21:1-9.
Pacto, del latín pactum, es un acuerdo, alianza, trato o compromiso cuyos involucrados aceptan respetar aquello que estipulan. El pacto establece un compromiso y fija la fidelidad hacia los términos acordados o hacia una declaración; por lo tanto, obliga al cumplimiento de lo acordado, puede ser verbal o escrito. Hoy vamos a hablar de los pactos que hemos hecho a través de nuestra boca y que de una u otra manera nos han ligado o atado a algo o a alguien. Los pactos se establecen a través de nuestra boca o documento escrito, también pueden ser establecidos espiritualmente como son los pactos de sangre y pactos con entidades espirituales.
La Biblia nos enseña en Proverbios 13:3 “El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad” y Proverbios 21:23 “El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias”; Las palabras que salen de nuestra boca van íntimamente ligadas con nuestra alma y hay algo mas, la Palabra dice que cuando estemos delante del trono de Dios nos van a pedir cuentas por toda palabra ociosa que hemos hablado, palabras ociosas que producen fruto de maldición, palabras ociosas que nos ligan y nos atan y llevan nuestra alma a cárceles espirituales, Mateo 12:36-37 “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”, por tal razón ese miembro pequeño que se encuentra en nuestro cuerpo produce estragos cuando lo usamos de manera incorrecta, Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua… Y el que la ama comerá de sus frutos”.
Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y van creciendo y arraigándose al punto de convertirse en fortalezas y luego en maldiciones, estas puertas se abren por compromisos adquiridos a través de nuestra boca o a través de escritos o de actos espirituales generando un “Pacto o Compromiso” que solo ser rompe con la muerte de algunas de las partes.
Las ataduras del alma se convierten en fuente básica de vida y absorben nuestra vida, cualquier área en la que usted ha comprometido su alma es una atadura, y cuando hacemos un pacto o compromiso y lo incumplimos se convierte en engaño y mentira.
Las ataduras del alma se forman por medio de pactos ya bien sean verbales, físicos, emocionales, espirituales, económicos y sexuales:
- Sexuales:. El sexo es una forma muy poderosa que el diablo usa para formar ataduras del alma que no son aprobadas por Dios. El acto sexual causa que dos se unan en uno, no solo físicamente sino que también en el alma. 1ª Corintios 6:16-18. La unión sexual ha sido diseñada por Dios por medio de un pacto entre un hombre y una mujer. Por medio del adulterio y la fornicación se forman las ataduras del alma diabólicas que vienen de la lujuria y destruye la unión que está basada en el amor y la confianza.
- Relaciones Inapropiadas: Las ataduras del alma se forman a través de pactos realizado con personas, objetos o actividades, que se convierten en autoridades abusivas y corruptas, las cuales controlan y someten a la fuerza. “Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas”. Proverbios 22:5.
- Pactos con entidades espirituales tales como brujería, hechicería, magia negra, magia blanca, pactos de sangre, pactos satánicos.
- Ataduras por la Idolatría: Muchas veces nos atamos a un ídolo por medio de un pacto hecho con nuestros labios o a través del nombre de ese Idolo o en honor al ídolo. Un ídolo es cualquier cosa que ponemos entre Dios y nosotros, un ídolo es aquello en lo que ponemos toda nuestra confianza, prioridad o valor más que en Dios.
- Pactos Económicos, civiles, judiciales, financieros y espirituales.
El final de todo esto: Murieron 7 de los hijos de Saul; el invalidar pactos y compromisos recae sobre nuestros descendientes…
Ministración: Cuantas veces hemos hecho pactos o compromisos que hemos incumplido: Con nuestro cónyuge, hijos, amigos, con nosotros mismos e incluso con Dios; La palabra en Eclesiastés 5:4-5 “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”, es bien fuerte, porque ¡Dios sí cumple lo que promete! ¡Dios si cumple lo que Él habla! y nosotros como seres humanos nos gusta hablar por hablar, y nos gusta decir cosas a la ligera solo para lograr un beneficio para nosotros mismos, ¿Quieres hacer disgustar a Dios? Prométele algo y no lo cumplas, prométele algo que vas a hacer y no lo hagas, no lo digo yo, la Biblia lo dice, aquí está escrito. ¿Y sabes qué? Cuando una persona no cumple las promesas, los pactos o los compromisos, lastiman, hieren y crean una expectativa falsa, y cuando tú y yo no cumplimos lo que decimos, nos convertimos en infieles, mentirosos y engañadores.
Muchas veces infidelidad lo tomamos como un engaño solamente en una relación, pero también una infidelidad es cuando uno dice algo que no cumple. Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”, por eso Dios es Dios, por eso Dios es fiel, porque aunque Dios se tarde Él siempre cumple lo que promete, Él siempre llega a tiempo.
Aquí no hay nada que hacer solo identificar, reconocer y pedir perdón a Dios, a nuestros hijos, a nuestros amigos por haber incumplido los pactos o compromisos adquiridos que no cumplimos, pedir perdón a Dios por los compromisos que adquirimos con Él y que nunca cumplimos y por último romper los pactos o compromisos que adquirimos con personas con las cuales nos ligamos en el área espiritual, emocional, sexual, económica y física…. Llevas los pactos a la cruz del calvario… y por último “ROMPER LA AUTORIDAD CON LA PERSONA CON LA CUAL TE LIGASTE, CON LA QUE HICISTE PACTO CON TU BOCA”, pacto escrito o pacto espiritual a través de un acto físico en las áreas espiritual, emocional, sexual, económica y física de esa persona.
El Señor nos dió promesas para romper los pactos y las ataduras con personas, cosas, entidades civiles, judiciales, financieras, espirituales, Ezequiel 13:20-21.