Génesis 19:17
Toda persona que desee madurar espiritualmente, más temprano que tarde será llevado por Él a los desiertos espirituales, allí serán tiempos de quebrantamiento, de humillación y profunda enseñanza espiritual.
Es en el desierto donde los problemas, las crisis, la soledad, el temor parecen ser más fuertes que nunca, es el desierto donde nuestra relación con Dios es puesta a prueba en medio del silencio, en el desierto es donde experimentamos en nuestro corazón una profunda necesidad del toque sobrenatural de Dios para poder seguir adelante.
Pero justo allí en el desierto es donde el Señor habla a nuestro corazón, Oseas 2:14-15 «Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto”.
Toda persona que desee madurar espiritualmente, más temprano que tarde será llevado por Él a los desiertos espirituales, allí serán tiempos de quebrantamiento, de humillación y profunda enseñanza espiritual.
Es en el desierto donde los problemas, las crisis, la soledad, el temor parecen ser más fuertes que nunca, es el desierto donde nuestra relación con Dios es puesta a prueba en medio del silencio, en el desierto es donde experimentamos en nuestro corazón una profunda necesidad del toque sobrenatural de Dios para poder seguir adelante.
Pero justo allí en el desierto es donde el Señor habla a nuestro corazón, Oseas 2:14 «Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto”.
El libro del Éxodo narra cómo el pueblo de Israel había sido liberado de la esclavitud de Egipto para llevarlos a través de Moisés a la entrada de la tierra prometida, un lugar donde vivirían en abundancia y paz. Pero luego de cruzar milagrosamente el Mar Rojo y presenciar la destrucción del ejército egipcio, lo que Israel vio a lo lejos no fue la tierra prometida, ¡sino un desierto! Y en medio de ese desierto “Aguas Amargas – MARA”.
El pueblo de Israel en Egipto no tenía obstáculos, todo era rutinario, trabajaban con duras tareas, pagaban tributos exhorbitantes… eso no nos debe extrañar, hoy en día es igual, yo veo a muchos aquí que trabajan de domingo a domingo por el mismo salario que muchas veces se escapa de entre las manos.
Aquel pueblo que marchaba con esperanza, ahora caminaba con hambre, fatiga, y frustración al no ver señal de la tierra que fluía leche y miel ¿Se había equivocado Dios? ¿Acaso su plan era sacarlos de Egipto para luego matarlos en el desierto? ¡No! El desierto no fue un accidente, el desierto y la ausencia de recursos traerían a la luz lo que había en el corazón del pueblo de Israel y cuál era su nivel de compromiso con Dios: “Dios había sacado a su pueblo de Egipto, pero ahora necesitaba sacar a Egipto del corazón de su pueblo”.
Cuando emprendes el camino para servir a Dios habrán momentos dulces y momentos amargos, habrán momentos para celebrar y para llorar, habrán momentos de victorias y momentos de aparentes fracasos, la Biblia nos enseña que José tuvo tiempos difíciles; a José lo metieron en un cisterna, lo vendieron, lo esclavizaron, lo metieron en la cárcel pero de la cárcel lo llevaron a ser gobernante, José no se quejó en la cisterna, ni cuando lo vendieron, ni cuando lo acusaron, ni cuando lo apresaron, cuando estuvo como gobernante siguió siendo el mismo, lo que hace grande a José es que en todo tiempo siguió siendo fiel a Dios y que dice la Biblia de José?, Génesis Todos esos momentos amargos van a llevarte a los verdaderos planes que Dios ha preparado para ti, hoy Dios te dice: Yo soy el que te pruebo porque quiero conocer tu corazón, mi tiempo amargo no va a quitar ni va a borrar mi propósito en Dios, cada momento amargo hace una separación entre la gloria recibida y la gloria que va a venir, no podemos permitir que los desiertos nos aparten del poder de Dios; el que hizo milagros ayer, también los va a hacer hoy y los hará mañana, todo pasará pero Su palabra no pasará, se cumplirá en mi vida, en mi familia y en mi descendencia… Cielo y Tierra pasará, pero la Palabra de Dios no pasará; pasarán gobernantes, magistrados que serán comidos por la polilla, jueces, medios de comunicación, pero la Palabra de Dios no pasará, asi que, si Dios ha dado palabra, promesas, El va a buscar la solución, no hay prueba que no tenga salida.
- EL DESIERTO, LUGAR PARA OÍR A DIOS: El Señor permite en los desiertos espirituales momentos que desafían nuestra fe para que nos demos cuenta que la única fuente de nuestra provisión es Él. Es en esos momentos cuando nadie entiende o comprende por lo que estamos pasando, cuando debemos cavar profundo y profundizar nuestra relación y nuestra comunión con Dios, si hoy estas atravesando un desierto espiritual, no reniegues, no confíes en tus fuerzas, guarda silencio ante Dios y escúchalo, Él tiene mucho que decir a tu vida.
- EL DESIERTO ES UN LUGAR DE PRUEBA: Deuteronomio 8:2-4. Todo hombre y toda mujer de Dios serán probados, la fe de cada uno de nosotros debe crecer y madurar. Recuerde que las exigencias nos hacen fuertes, aquel que se toma de la mano de Dios y afronta las batallas de hoy, será el que sea aprobado en el mañana.
- EL DESIERTO ES UN LUGAR DE TRANSFORMACIÓN: No importa como se llame tu desierto, al salir de allí tú serás una mejor o peor persona, es tu decisión. Quizá resultes convirtiéndote en alguien más maduro en el Señor y más sensible a su voz… o posiblemente alguien más amargado, cínico, y desesperanzado, pero jamás saldrás igual.
Vamos a salir del desierto, juntos, tomados de la mano… Salmos 63.