Colosenses 2:14-15.
La palabra griega traducida como “anular” en Colosenses 2:14 significa “borrar, quitar, eliminar el pecado, la maldad, la iniquidad y la transgresión.
La obra de Cristo no se basa solamente en el perdón de pecados; ciertamente el pecado creó un abismo entre el hombre y Dios y perdimos todos los derechos adquiridos como hijos de Dios, el enemigo ganó ventaja sobre nosotros y levantó decretos en contra de nosotros.
La obra redentora de Cristo además de perdonar pecados, también anuló los decretos que hay contra nosotros por causa del pecado.
Un decreto es una orden dada por una persona de autoridad sea buena o sea mala; es una orden superior que nadie la puede revocar a menos que sea alguien de mayor autoridad.
Lo que se anuló en la cruz es “el acta de los decretos que había contra nosotros” el cual es un documento escrito, un pagaré, el registro de una deuda* (comentar) – a quien le debes honra, a quien le debes, Proverbios 22:7 “El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta” y se usa como el registro de los cargos . . . que estaban contra nosotros y que Dios quita cuando son “clavadas en la cruz’”.
La otra palabra que debemos estudiar es “decretos” tal como se utiliza en “el acta de los decretos”, esta acta de decretos se denomina “sentencia firme” o “sentencia oficial escrita o una acusación contra alguien por haber transgredido una ley”. ¿Porque alguien puede levantar un decreto contra ti?, porque tiene autoridad sobre ti y si hay un argumento o una acusación puede levantar el decreto.
Miremos ahora como se levantan los decretos y como se escriben en el ámbito espiritual en nuestras vidas o en nuestra cadena generacional:
“Dios canceló la deuda que había contra nosotros y que nos obligaba con sus requisitos legales a cumplir la sentencia, El Señor puso fin a esa deuda clavándola en la cruz”, por lo tanto, Jesús fue ejecutado oficialmente como un transgresor. La acusación era falsa, pero al aceptar la pena de muerte por esa falsa acusación, él nos sustituyó llevando sobre sí mismo la pena merecida por nuestros pecados, los cargos legítimos que Dios tenía contra nosotros. Así El “anuló” los cargos que exigen nuestra muerte por nuestra transgresión, y al hacerlo, hizo posible el perdón de los pecados.
Colosenses 2:14 dice que la muerte de Cristo anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz».
Lo que fue clavado en la cruz fueron los registros de nuestros pecados que «estaban contra nosotros”. De este modo, destruyendo el registro de nuestros pecados, o bien las evidencias de nuestros pecados, Cristo despojó a los principados y potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz». (Colosenses 2:14-17).
Tal vez las situaciones que estás viviendo en la actualidad es porque el enemigo ha levantado un decreto donde está escrito: “Te voy destruir, voy a levantar enfermedad, ruina, crisis…”, son barreras invisibles que se levantan contra tu vida, tu familia y tu descendencia.
Necesitamos entender que el mundo espiritual se mueve a través de decretos y leyes superiores y si “satanás o alguien de autoridad” levantó argumentos contra tu vida, tu familia y tu descendencia es necesario que se rompa a través de una autoridad superior… Cristo; “Si no destruyes los argumentos que se han levantado contra tu vida, tu hogar y tu descendencia… los argumentos te destruirán a ti, generando una sentencia”.
Jesús llevó la ruina a través de la corona de espinas, la enfermedad de tu cuerpo a través de Su espalda llagada, la enfermedad del alma a través de la herida en Su costado y el acta de los decretos que te acusan a través de los los clavos en Sus manos y Sus pies.
Miremos algunos casos en la Biblia donde se levantaron argumentos que destruyeron vidas, hogares y familias:
- La sentencia contra el hombre, la mujer y la serpiente en Génesis 3:16-19 la cual fue revocada en Génesis 3:15.
- La sentencia contra Cain en Génesis 4:9-16.
- La sentencia contra Can en Génesis 9:25.
- La sentencia contra Saul en 1ª Samuel 15:22-28.
- La sentencia contra David en 2ª Samuel 12:9-12.
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