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Dirección y Destino para tu vida, tu familia y tu descendencia

Juan 8:14.

Sabemos de donde venimos, nuestras vivencias aún desde el vientre, desde nuestra niñez y recorrido por la vida marcaron de una manera u otra nuestra vida y nuestro destino. Mirar atrás para aferrarnos a un pasado no es la mejor forma de vivir la vida, el dolor, el sufrimiento, las heridas del pasado pueden esclavizarnos y mantenernos atados de por vida, como seres humanos desde el inicio nos han dejado marcas o hemos dejado marcas imborrables, algunas de esas marcas denotan bendición otras por el contrario se convierten en maldición.

Algunas de esas marcas son marcas de pecado, de dolor, de enfermedad, de muerte; muchos marcados por la separación de sus padres, por el maltrato, por el temor y la vergüenza, en su casa sólo veían violencia, terror, pecado, maldición, inmundicia y maldad, muchos han crecido con huellas indelebles en su vida, que vienen de ese pecado, violencia o abuso, que han crecido viendo a sus padres drogados, alcoholizados, o llenos de ira, de amargura, de violencia, de peleas, de contiendas, de enfermedad, de dolor, el problema de todo es que esas huellas indelebles han deformado nuestras vidas, han trastornado nuestra dirección y nuestro destino.

Por esta razón en algún momento tenemos que romper con todas las vivencias que marcaron nuestras vidas y tomar el camino correcto el cual permite ser transformados con el fin de construir un nuevo destino, recuerde que Dios es un Dios de orden y siempre nos da un mandato para que obedezcamos, no para informarnos y uno de esos grandes mandatos lo declaró Jesús en el libro de Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Si quieres algo nuevo para tu vida, tu familia y tu descendencia tienes que tomar decisiones firmes:

  1. Toma el camino correcto, es el que te lleva al arrepentimiento, así como está escrito en Mateo 3:1-2, Jesús lo dijo en Lucas 13:3 y Lucas 13:5 y lo declaró en Mateo 7:13-14.
  2. Acepta hoy esta buena noticia: “Jesús vino a dejar su huella, huella indeleble de sanidad, restauración, restitución para tu vida, tu hogar y tu descendencia” nadie ha dejado una huella tan grande en toda la humanidad, El las llevó en su propio cuerpo para sanarnos, liberarnos, quitar la dolencia y perdonar tu pecado.
  3. Jesús dijo: en Juan 8:14, “yo se de donde he venido y para donde voy”, ahora te digo a ti: “se que tu sabes de donde vienes… pero sabes para donde vas?”. El mejor destino para tu vida, tu familia y tu descendencia que te lleva a la bendición es el prepararte para ser un contenedor de la santidad de Dios, conviértete en un lugar santísimo donde Dios mismo habita, puro, santo, probado, verdadero; santuario viviente donde Dios mismo va a habitar, Dios nos llama a ser Santos, Éxodo 19:5-6, la única manera de serlo es que Dios mismo more en medio de nosotros; y eso fue lo que vino a hacer Jesús en medio de nosotros, Él no vino a traer una religión, Él vino a morar en medio de nosotros los que tomamos la decisión de ser Santos, apartados para Él y La Palabra profética está en Jeremías 31:31-34:
    1. Pondré mis palabras dentro de ellos y las escribiré en sus corazones.
    1. No tendrán que enseñar a nadie porque… todos me conocerán, este es el punto de inicio cuando la Palabra de Dios o Dios mismo vive dentro de ti.
    1. Yo les perdonaré sus iniquidades y nunca más me acordaré de sus pecados, pecados eliminados por medio del sacrificio de Cristo en la cruz del calvario.
  4.  

Escuche esto: “Jesus es el sustituto perfecto, todo lo hizo y lo hizo perfecto: Isaías 53:1-11”.

Hoy vamos a hacer una una entrega total del control de nuestra vida a Dios; de todo lo que amamos, de todo lo que tenemos y de todo lo que somos; te entrego todo, tu eres el que haces todas las cosas bien, yo no soy Dios, tu eres Dios; hay cosas que hay que soltar: enojo, iras, inseguridad, orgullo, dependencia de si mismo y de los demás, recuerda la obra del Señor descrita en Isaías 61. Entrega todo ese pasado que te ha hecho errar en el camino y está produciendo un futuro malsano lleno de heridas, de dolor, de amargura; confía en Dios y avanza; suelta tu pasado y vamos a nuestro lugar de destino que es en Cristo Jesús.

Somos libres, benditos, prósperos, celebra al Rey de Reyes y Señor de Señores… No seremos iguales a partir de hoy y vendrá un futuro de bendición para tu vida, tu familia y tu descendencia…

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