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Levántate y Resplandece, tu, tu hogar y tu descendencia

La Biblia habla de tres enemigos terribles que luchan contra el cristiano: La carne, el mundo y el diablo. Estos tres enemigos encasillan al género humano dentro de un «sistema mundano o Reino de las Tinieblas» basado en el orgullo, la ambición, el egoísmo, la codicia y los placeres pecaminosos. Se ve bien que en estas cosas no hay nada de Dios.
Jesús le dio una definición perfecta “El mundo es la sociedad humana sin Dios”, e incluye el comercio, la política, la religión, la educación, la diversión, los reinos mundiales y las organizaciones mundiales.

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Isaías 60:1-2,  Lucas 21:25-28.
La Biblia habla de tres enemigos terribles que luchan contra el cristiano: La carne, el mundo y el diablo. Estos tres enemigos encasillan al género humano dentro de un «sistema mundano o Reino de las Tinieblas» basado en el orgullo, la ambición, el egoísmo, la codicia y los placeres pecaminosos. Se ve bien que en estas cosas no hay nada de Dios. 
Jesús le dio una definición perfecta “El mundo es la sociedad humana sin Dios”, e incluye el comercio, la política, la religión, la educación, la diversión, los reinos mundiales y las organizaciones mundiales.
Satanás ofrece a la gente poder, riquezas, posesiones, honores terrenales, logros intelectuales y prestigio social, así como toda clase de placeres pecaminosos y puede darles a los hombres casi todo lo que deseen y así hacer que estén satisfechos de permanecer bajo su dominio con el único  fin de excluir a Dios de sus vidas, usando las cosas atractivas de este mundo para apartar nuestro corazón de Dios y evitar que hagamos Su voluntad, es por eso que la Biblia nos amonesta: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, y los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1ª Juan 2:15-16).
Ahora miremos un poco el Reino de los Cielos o Reino de Dios o Reino de la luz:
  • Comienza pequeñito y después crece para darle sombra a aquel que quiera habitar bajo el abrigo del altísimo, morar bajo la sombre del Omnipotente. Lo vemos en la parábola de la semilla de mostaza: Mateo 13:31-32 «Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”. El Señor nos entregó esa promesa en Ezequiel 17:22-23.
  • Es la perla que tiene un valor incalculable, Mateo 13:45-46 “También el reino de los cielos es semejante a un comerciante que busca buenas perlas, y que cuando encuentra una perla preciosa, va y vende todo lo que tiene, y compra la perla”.
  • Todos son bienvenidos al Reino de los Cielos o Reino de Dios o Reino de la luz, pero es necesario negarse así mismo y tomar la cruz; el resultado: gozo y Vida Eterna, Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.
  • Es el amar a nuestros enemigos; Mateo 5:38-48, pero quiero hacer referencia al verso 44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.
  • El Reino de los Cielos siempre estará en oposición a Reino de este mundo y cualquiera que quiera ser “amigo del mundo se constituirá en enemigo de Dios”. Santiago 4:4.
  • El Reino de los Cielos está basado en el perdón de Dios ya que las leyes no solucionan ningún el problema del ser humano.
  • Está basado en cambio de vidas, no un cambio de leyes y comienza con la transformación de gente que necesita un cambio; un cambio desde adentro hacia afuera.
Tú tienes que tomar una decisión “Levantarse y Resplandecer” o “Quedarse en la oscuridad”; observemos Lucas 21:25-28; estamos en estos tiempos o tu sigues con la cabeza agachada revolcándote en el mundo o te levantas y esperas la salvación que es en Cristo Jesús verso 28.
La decisión la tomamos en el alma, quiero que aprendas esto de memoria y la enseñes a tus hijos y a todos los que están a tu alrededor:
El hombre está compuesto por Espíritu, Alma y Cuerpo; el espíritu fue colocado en nosotros por el soplo de Dios y vuelve a Él, el cuerpo lo hizo Dios del polvo de la tierra y vuelve a ella:  Génesis 2:7, Eclesiastés 12:7.
El alma es formado por las vivencias desde el momento de la fecundación y hasta nuestros días, muchas de ellas transmitidas por la madre y por todo lo que está ocurriendo en su entorno: Desde el momento en que somos concebidos en el vientre, comenzamos a tener vivencias emocionales que van a marcar el principio de nuestra alma (Emociones y Sentimientos), el bebé oye, escucha y siente lo que sucede alrededor, sean estímulos buenos o malos, quedando  grabados en su memoria.
Lo que Dios quiere SALVAR es nuestra ALMA, es lo que Dios quiere regenerar, transformar, hacer que se vuelva a El: y para hacerlo necesita que nosotros tomemos una decisión después de colocar en nosotros un PROPÓSITO, esa decisión es anhelar ser SALVOS, por medio de Jesús, el cual trajo Salvación a nuestras vidas a través de su sacrificio en la cruz del calvario y podamos ser verdaderos cristianos NACIDOS DE NUEVO.
Algunos dirán… No se puede Pastor, es difícil…
  • EL EJEMPLO DE DANIEL Y SUS AMIGOS 
    1. No quisieron contaminarse con la comida del rey de Babilonia.  
      1. Daniel 1:1-4 – Daniel y sus tres amigos, Ananías, Misael y Azarías, eran judíos y descendientes de la familia real de David. Cuando aun eran muy jóvenes, fueron llevados a Babilonia como cautivos por Nabucodonosor. El texto dice que Daniel y sus amigos eran «muchachos» (v. 4). Pero, ¡cuán diferentes eran estos muchachos de los demás!
      2. Daniel 1:5-8 – Daniel y sus tres amigos fueron elegidos para estar en el palacio del rey. Al ser uno de los elegidos, Daniel tendría el privilegio adicional de poder comer de la mesa de Nabucodonosor. 
    2. ¿Como pudo Daniel resistir esta tentación tan fuerte?. 
      1. Primero, Daniel «propuso en su corazón» (v. 8) no conformarse a las modas pecaminosas de la gente. Esto indica que había tomado una decisión firme de ser fiel a Dios -¡de ser diferente de los demás!- sin tener en cuenta las consecuencias.
    3.  
      1. Segundo, creía que Dios lo protegería.