Lucas 7:11-14.
Yo necesito “Ser levantado”. Un breve resumen del milagro del capítulo 7 de Lucas nos narra que Jesús detiene un cortejo fúnebre y devuelve a la vida a un joven que había muerto. Pero hay mucho más que comprender acerca de esta situación. ¿Cuántos en este tiempo están caídos y necesitan ser levantados por el Señor?, si eres tu entonces prepárate porque hoy es el día.
En todo el compendio de la Palabra de Dios existen muchos casos en el cual hombres y mujeres fueron levantados por el Señor en tiempos de crisis, es mas, muchos fueron sustentados por el ángel de Jehová; miremos el caso de Elías que se encuentra en el libro de 1 Reyes 19 (Relato), después de una batalla espiritual fuerte con Jezabel y sus secuaces, llamados también “profetas de Baal”, Jezabel manda un mensaje a Elías el cual lo hace atemorizar, dice la Palabra que Elías vio el peligro y se fue a salvar su vida por el desierto de un día de camino y se sentó debajo de un enebro y “deseando morirse” dijo: 1 Reyes 19:4.
Un ángel lo tocó y le dijo “levántate y come”…, El ángel es un visitante, un mensajero de Dios que viene a darle ánimo al siervo de Dios. Dios no solamente conoce dónde te escondes, sino que también conoce lo que te hace falta, Dios conoce tu necesidad y conoce tu estado de ánimo, también conoce cuando te hacen falta fuerzas para continuar, Él no te va a abandonar, ni a desamparar, porque Él lo ha prometido en Su Palabra.
Dice la Palabra que Elías comió volvió a dormir; y el ángel lo tocó por segunda vez y comió y bebió y caminó durante 40 días y 40 noches y llegó al monte Horeb ( Monte Sinaí ), el monte de Dios y se metió en una cueva:
Normalmente, una cueva se define como una cavidad subterránea, hoy las cuevas modernas se encuentran en la vida de muchos de nosotros. Estas cuevas modernas no son, precisamente un lugar, más bien puede ser una condición o una actitud que muchas cristianos adoptan cuando no quieren o no saben cómo enfrentar las presiones, las pruebas y los problemas que se presentan, hoy en día hay cristianos que están refugiados en una cueva, ya sea por temor, por incertidumbre, por resentimiento, por amargura o por comodidad.
Dios no nos quiere metidos en cuevas. Dios no quieres que te sientas reducido a una mínima expresión. Dios no quiere que veas los problemas actuales como grandes obstáculos. Más bien, lo que El Señor desea es que te levantes por encima de la situación por la que estás pasando y seas un vencedor.
Mientras que la cueva significa, depresión, tristeza, oscuridad, desaliento, lo cierto es que para ver la manifestación del poder de Dios es necesario salir de la cueva. Dios no se pone a argumentar con Elías, hay momentos en que los cuales lo que Dios va a hacer es mostrar su poder en medio de Su pueblo, por esta razón lo único que Dios le dice a Elías es: “Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová”, esto mismo va a hacer hoy en medio de la iglesia, “sal fuera y ponte en el monte, delante de Jehová”.
Dios hace que pase un fuerte y poderoso viento que rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; tras el viento un terremoto y tras el terremoto un fuego, y en ninguna de estas manifestaciones estaba la Presencia de Jehová. Esta era una demostración de que Dios usa los elementos que Él desea para que sirvan a Sus propósitos y que Él puede hacer con ellos lo que desee.
Con todo y esto, la actitud de Elías aún persiste. Elías, físicamente, ya no está en la cueva, porque Dios le pidió que saliera; pero en su interior todavía está en la cueva. Dios le hace, por segunda vez, la misma pregunta y obtiene de Elías la misma respuesta. En este punto Dios decide reemplazarlo por Eliseo, verso 10 y verso 13-14.
Lo mismo ocurrió con la viuda de Naín, en el momento en que Jesús se acercaba a la ciudad, sacaban a un joven para llevarlo a su última morada. Lucas nos dice que este joven era el único hijo de una viuda, un numeroso grupo de aldeanos la acompañó en esta tragedia familiar, no solo había dolor espiritual y emocional, sino que la viuda de Naín también se enfrentaba a la ruina económica, posiblemente incluso a pasar hambre ya que si el esposo había muerto entonces el hijo primogénito se le encomendaba su cuidado. Ahora que este hijo primogénito y único estaba muerto, a ella no le quedaba protección de ninguna índole, dice la Palabra que cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”.
Este milagro es el rescate de un alma desesperada y desanimada; en este tiempo muchos se encuentran en esa situación y necesitan ser levantados y le estoy hablando a pastores, lideres y mucha gente de la iglesia de Cristo.
Jesús se preocupó porque la situación en que ella estaba clamaba Su atención inmediata, hora, siendo este incidente tan edificante, debe convertirse para nosotros en mucho más que una historia interesante de la Biblia, especialmente cuando nos sintamos olvidados, ignorados o insignificantes, debemos recordar:
- Jesús acudió a la viuda en un momento en que ella necesitaba ayuda desesperadamente y también acudirá en nuestra ayuda.
- Asimismo, una segunda lección del ejemplo de nuestro Salvador que podríamos aprender es la importancia de tender la mano para bendecir a las personas a nuestro alrededor.
Cristo realizó sus milagros de manera muy variada, pero es muy significativo que cuando resucita a los muertos utiliza “su palabra”, los llama a la vida. A la hija de Jairo le dijo “Talita cumi; que traducido es: Niña a ti te digo, levántate”. A Lázaro le dijo:”¡Lázaro, ven fuera!; y a este joven le dijo:”Joven, a ti te digo, levántate”. En los tres casos, utiliza el poder de su Palabra.
La Escritura nos muestra que la Palabra de Dios tiene poder: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” Hebreos 4:12. Leer también Isaías 55:10-11.
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