1 Samuel 5:6 “Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio”.
Dios creó al primer hombre en absoluta perfección y lo constituyó en un ser tripartito: espíritu, alma y cuerpo:
- El espíritu del hombre estaba unido a Dios.
- El alma en estado de inocencia estaba sujetado a la dirección del espíritu.
- Y por consiguiente el cuerpo podía vivir eternamente.
Este orden fue alterado al entrar el pecado al mundo: el alma tomó el señorío, la mente se coronó como soberana, ambos se sustentaron por el conocimiento humano y el cuerpo sufrió las consecuencias: LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE.
El hombre cambió el conocimiento, la comunión y el poder de Dios por el conocimiento humano al aceptar la insinuación del diablo, de intentar hacerse un dios y al hacerlo murió espiritualmente, el espíritu quedó sin acceso a Dios, la muerte entró al hombre y con ello, todo lo que pertenece al imperio de la muerte: La enfermedad, maldición, iniquidad, dolor, tragedia, oscuridad, pecado, en otras palabras, desorden y tinieblas.
En la Biblia aparecen seis enfermedades que existen todavía a día de hoy: Lepra, epilepsia, fiebre, disentería, sarna y tuberculosis y de estas seis enfermedades se desarrollan todas las enfermedades del ser humano; las causas: El pecado, la Maldad y la Iniquidad.
Una de las enfermedades mas temidas por el ser humano son los tumores, para los cuales aún no se ha descubierto científicamente la cura, la Biblia relata varios casos de aparición de tumores en los moradores de 5 ciudades filisteas, voy a hacer un relato corto: 1 Samuel 5.
Los filisteos representan a los enemigos poderosos que son imposible de enfrentar y vencer si no es con la ayuda sobrenatural de Dios.
Los ancianos de Israel aconsejaron traer de Silo el Arca del pacto de Jehová, con el fin de obtener la victoria sobre los filisteos, pero Israel fue vencido por los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres:
- 1 de Samuel 4:1-2 “Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos, y acampó junto a Eben-ezer, y los filisteos acamparon en Afec. Y los filisteos presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres”
- 1 Samuel 4:10-11 “Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees”.
Cuando los filisteos capturaron el arca del Dios de Israel, que estaba en manos de los hebreos, y la introdujeron en el templo de su dios Dagón, e hicieron pasar el Arca de Jehová por 5 ciudades de los filisteos y el Señor hirió a los filisteos con tumores y plagas de ratones, 1 Samuel 5:6, 9, 12.
Ante semejante calamidad, los filisteos se dieron cuenta de su error y decidieron devolver el arca, ofreciendo además “cinco tumores de oro y cinco ratones de oro” como recompensa por el agravio cometido. Algunos estudiosos creen que dicha epidemia, pudo ser causada por la bacteria Yersinia pestis que, al pasar de los ratones a las personas, es la responsable de la peste bubónica, esta enfermedad mortal produce la inflamación de los ganglios linfáticos, y por ende tumores cancerígenos. De ahí a que los tumores son producidos por el pecado de la “Idolatría”.
La primera y más profunda sanidad que Jesús nos da es el perdón de los pecados, Cristo murió para librarnos del pecado y hacer posible la salvación, a nosotros nos toca hacer nuestra parte: arrepentirnos y convertirnos.
El perdón de los pecados está íntimamente conectado con la sanidad física, emocional y espiritual e incluso me atrevería a decir que muchas veces la enfermedad física es una señal de que hay alguna situación espiritual o emocional que aún no se ha resuelto con Dios o con el prójimo.
Dios prometió que si el pueblo le obedecía estarían libres de las enfermedades de los egipcios. Y muy pocos supieron que muchas de las leyes morales que les dio posteriormente los mantendrían libres de enfermedades. Éxodo 15:26 “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”.
Por supuesto que existen varias causas que provocan enfermedades, el pecado es una de ellas, he aquí dos ejemplos claros:
- Juan 5:1-14 “Había en Jerusalén un estanque llamado Bethesda y allí estaba un hombre, que desde hacía 38 años estaba enfermo. Jesús le pregunta ¿Quieres ser sano? Jesús le dijo: levántate, toma tu lecho y anda. Al instante aquel hombre fue sanado, tomó su lecho y anduvo. Días después Jesús le halló en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”.
- Mateo 9:2 “Sucedió que le trajeron a Jesús un paralítico tendido sobre una cama. Jesús le dijo: ten ánimo hijo, tus pecados te son perdonados. Luego le dijo: levántate, toma tu cama y vete a tu casa. Entonces él se levantó y se fue a su casa, lo primero que Jesús le dijo fue “tus pecados te son perdonados”. Aquí vemos nuevamente la relación entre el pecado y las enfermedades.
El génesis de las enfermedades se encuentra en el alma y el problema de la medicina es que ve al hombre como un cuerpo y su psiquis, pero deja a un lado el alma y el espíritu, por lo tanto hay enfermedades causadas por la falta de perdón, el resentimiento y la depresión, por ejemplo la fibromialgia; enfermedades en los huesos tales como artritis, inflamación de las articulaciones; artrosis, osteoporosis entre otras.
Si queremos ver la victoria en nuestra vida y en nuestro cuerpo necesitamos entender donde radica la raíz del problema, las enfermedades se arraigan a todo lo que está oscuro en nuestra alma: odio, rencor, envidia, pleitos, fornicaciones, codicias y cosas semejantes.
El Señor ha dado promesas de sanidad y restauración para tu vida, tu hogar y tu descendencia, son promesas condicionadas a la obediencia:
- Deuteronomio 7:15 “Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren”.
- Éxodo 15:26 “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”.
Aún es posible vivir en la sanidad del Reino de Dios por tal razón Dios preparó el plan de salvación a través de Jesucristo, el cual en la cruz del calvario hizo expiación por nuestros pecados. La expiación es la remoción de la culpa, el pecado y la maldad a través de un tercero, el sujeto culpable queda absuelto de cualquier pena por medio de un animal (ej. chivo expiatorio) u otra persona. Cristo se constituye en el último cordero que fue inmolado para expiar todos nuestros pecados.
Aparecen enfermedades por medio de las heridas que no han sido sanadas ni vendadas o conflictos que nunca se arreglaron, estas son las causas de las enfermedades del alma cuyos síntomas son: “iras, peleas, contiendas, gritería, arrogancia, perfeccionismo, amargura, raíz de amargura, acusaciones, humillaciones entre otras“.
- Enfermedades f…