Levítico 18:25, Isaías 24:4-6, Isaías 57:20-21, Isaías 3:11, Romanos 8:19-22, Mateo 23:13-39.
Estamos viviendo tiempos espirituales difíciles, el alimento espiritual es totalmente desbalanceado, se está alimentando la carne, el alma, la emociones y estamos cerrando la puerta al crecimiento espiritual hasta tal punto que nos estamos volviendo ciegos, sordos y mudos espirituales, queremos que muchas situaciones en nuestra vida, hogar y familia cambien radicalmente, queremos ser transformados en un abrir y cerrar de ojos, el problema que esto no va a suceder de larín larán, tenemos que comenzar a actuar, tomar decisiones y lo más importante crecer espiritualmente en Cristo Jesús; crecer significa entender los tiempos y los momentos que estamos viviendo, buscar causas, raíces y utilizar las herramientas que Cristo nos entregó para ejecutarlas en nuestra vida, casa, hogar y familia.
Estamos viviendo tiempos espirituales difíciles, el alimento espiritual es totalmente desbalanceado, se está alimentando la carne, el alma, la emociones y estamos cerrando la puerta al crecimiento espiritual hasta tal punto que nos estamos volviendo ciegos, sordos y mudos espirituales, queremos que muchas situaciones en nuestra vida, hogar y familia cambien radicalmente, queremos ser transformados en un abrir y cerrar de ojos, el problema que esto no va a suceder de larín larán, tenemos que comenzar a actuar, tomar decisiones y lo más importante crecer espiritualmente en Cristo Jesús; crecer significa entender los tiempos y los momentos que estamos viviendo, buscar causas, raíces y utilizar las herramientas que Cristo nos entregó para ejecutarlas en nuestra vida, casa, hogar y familia.
Tenemos que buscar la raíz de todo esto que ha contaminado nuestra tierra, lo podemos ver a lo largo de todo el contexto Bíblico comenzando en el libro de Génesis, y haz un alto en el camino para que mires tu historia reflejada y comiences a tomar acciones que propendan al arrepentimiento y la conversión. Hechos 3:19-21.
Dios pretende rectificar todo el desorden que hemos introducido en nuestra vida, hogar y descendencia, Él siempre tiene un plan de redención, restauración y restitución. La palabra restauración implica igualmente una partida y un regreso a la intención original de Dios para la humanidad. Cristo ha comprado nuestra completa redención, pero la creación gime, esperando la manifestación completa y el cumplimiento del propósito para el que fue creada.