1 Juan 4:18.
“¡Esfuércense y sean valientes! No tengan temor ni se aterroricen de ellos, porque el SEÑOR tu Dios va contigo. Él no te abandonará ni te desamparará”. Deuteronomio 31:6.
El miedo y el temor te introduce en una prisión de donde no podrás salir jamás a menos que hoy tomes la decisión de permitir que El Señor entre en tu vida, en tu hogar y en tu descendencia, ahora bien, imagínate un día sin temor, sin miedo, sin temor al fracaso, sin temor a las tragedias, sin temor a la ruina, a la enfermedad, a la muerte, al futuro, al que pasará mañana.
Nuestro corazón tiene una tendencia a caer en trampa del temor, Dios no quiere que temamos porque el temor nos impide recibir y hacer todas las cosas que él ha planeado para nosotros. Dios nos ama y quiere bendecirnos, y nos ha dado el poder a través de su Espíritu Santo para vencer el temor, entonces la pregunta congruente es ¿de donde viene el temor? Satanás es la fuente del temor, Satanás envía el temor para atormentarnos, afligirnos, hacernos dudar del amor y del poder de Dios, hacernos sentir miserables, hasta el punto de frenar el propósito que Dios tiene para tu vida, tu familia y descendencia y dejar de recibir todas las bendiciones que el Señor quiere darnos.
¿Qué es el temor? Viene del vocablo griego «probos’, que significa aquello que provoca que una persona huya. Así que cuando Dios nos dice no temas, se esta refiriendo a no Huir, “no temas“ simplemente significa “No corras, no huyas” y tienes que entender hoy que existe un temor normal que es a la vez necesario, es un mecanismo diseñado para nuestra protección, es la forma que Dios usa para que seamos precavidos, el temor normal produce discernimiento de espíritu y evita que hagamos cosas riesgosas, peligrosas y necias.
Pero también existe el temor anormal y la línea de distinción entre el temor normal y el anormal, es muy delgada, antes de que te des cuenta puedes pasar del temor normal a las oscuras y sombrías regiones del temor anormal, un temor que altera sus días y persigue tus noches, se convierte en el centro y la fuente de los complejos, enreda la mente con obsesiones, quita energía, destruye la paz interior, bloquea el poder y detiene tu futuro de bendición, el temor anormal es el pozo venenoso del cual proviene la tristeza que deprime, transforma la vida en un infierno.
Por tal razón en la Palabra de Dios encontramos que el temor es un demonio que abre la puerta al infierno en el libro de 2 Timoteo 1:7 “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio”. Estas, son las tres cosas que precisamente, Satanás quita en una persona y en un creyente por medio del espíritu de Temor.
Amor: Cuando una persona esta bajo el temor no puede amar porque siempre tiene desconfianza e inseguridad. El temor, en el amor trae celos, contiendas y destrucción.
Poder: Cuando el demonio del temor esta en la vida del creyente le quita el poder y lo lleva a una vida inútil e inservible, la persona que esta bajo los efectos del temor se convierten en cobardes y se dejan destruir por cualquier problema o dificultad.
Dominio propio: Una de las cosas que hace el demonio del temor es hacer que se pierda la calma y la Paz. el temor lleva a la persona a la depresión y la desesperación y en algunos casos hasta el suicidio. Una persona con temor es desequilibrada y pierde el control de sus emociones y puede llegar a la depresión y hasta la locura, en otras palabras cuando perdemos el control de nuestras vidas nos llenamos de temor y de miedo,
Escuche esto: De todas las oraciones que Jesús declaró con sus labios en el 80% de ellas dijo “No temas”, se que muchos necesitan escuchar esta palabra “No temas, no tengas miedo, cree solamente”, “No temas, hombre de poca fe, yo estoy contigo”, por esta razón busca al Señor, invítalo a tu vida.
¿Qué tipo de consecuencias trae el temor? Castigos emocionales (culpabilidad, soledad, ansiedad, frustración, preocupación, desánimo, tensión, vergüenza). Castigos físicos (enfermedades, desorden alimenticio, falta de fuerza física, muerte). Castigos espirituales (opresión, frialdad espiritual, estancamiento).
Enfrenta el temor con la Palabra de Dios, busca al Señor mientras pueda ser hallado, acepta su amor, no temas, no tengas miedo, cree solamente, no temas hombre de poca fe, yo estoy en la barca, yo estoy contigo.
Quiero terminar con esto, en el libro de Mateo 8:23-27 narra que Jesús entró a la barca y los discípulos le siguieron y se desató una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; dice la palabra: “Pero Él dormía”. los discípulos lo despertaron, diciendo “Señor, sálvanos, que perecemos”, pero el Señor les dijo: “¿Por que teméis, hombre de poca fe? Y reprendió todo lo que estaba produciendo la fuerte tormenta… Hoy el Señor va a reprender de nuestras vidas todo lo que está causando esa fuerte tormenta que te atemoriza, que no te permite avanzar y cumplir el propósito que el tiene para tu vida, tu hogar y tu descendencia.
Escuchen esto: Cuando nos subimos a la barca con Jesús no vamos a estar exentos de tormentas en nuestras vidas, cuando te subes a la barca con Él tienes que saber que Él está ahí, porque cuando Él está nada se va a salir de sus manos, Él tiene el control de todo y Él se va a encargar de sacarte de esa tormenta, Él te dice hoy “No tengas temor, lo que pagué a precio de sangre me salió tan caro que no me lo arrebata nadie”.
Deuteronomio 20:4, Deuteronomio 31:6, Josué 1:9, Salmos 34:4, Salmos 138:7, Isaías 54:17.
Isaías 35:4 “Decid a los medrosos de corazón: Confortaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago, el mismo Dios vendrá, y os salvará”.
Isaías 37:6 ”Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro Señor: Así dice el SEÑOR: No temas por las palabras, que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria”.
Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Isaías 41:13 “Porque yo, el SEÑOR, [soy] tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudaré”.
Isaías 43:1 “Y ahora, así dice el SEÑOR Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque [yo] te redimí; [yo] te puse nombre, mío [eres] tú”.
Isaías 44:2 “Así dice el SEÑOR, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre: Te ayudaré. No temas, siervo mío Jacob, el Recto a quien yo escogí”.
Isaías 51:7 “Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley: No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos”.
Isaías 54:4 “No temas, que no serás avergonzada; y no te avergüences, que no serás afrentada; antes te olvidarás de la vergüenza de [tu] juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria”.
Isaías 54:14 “Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no [la] temerás; y de temor, porque no se acercará a ti”.
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