2ª Corintios 3:18.
Las máscaras son actitudes que usamos para escondernos de los demás, para que no vean lo que nos avergüenza, un defecto o un error, temor, miedo o que nos conozcan tal y como somos. Todos en algún momento hemos usado máscaras que no nos dejan ver la hermosura de nuestro rostro. Cada vez que miras tu defecto, tu desnudez, o la desnudez de otro, necesitas una máscara.
Hoy en día el mundo está envuelto en engaños e hipocresías, en nuestras vidas, hogares y familias hay divisiones, contiendas, iras, celos y envidias; la culpa, vergüenza, falta de perdón, amargura, raíz de amargura, el miedo, resentimiento y orgullo hacen que nos coloquemos máscaras, con el único fin de vernos bien o que nos vean bien.
La palabra mascara significa: disfrazar, encubrir, esconder, deformar, fingir; Llevamos máscaras para distintas situaciones, para conseguir objetivos, para llevarnos bien con los demás y adaptarnos, por temor a que vean quienes somos realmente.
Una de las manifestaciones de las máscaras que llevamos encima se encuentra en el libro de Santiago 1:23-24: El que no es hacedor de la palabra se oculta detrás de mascaras, olvida cual es su apariencia, se ve en el espejo luego comienza a ser otro, ya que no tiene una identidad, no sabe quién es en Cristo. El Señor siempre ha anhelado un pueblo “Sincero”, “Sin máscaras” y con una identidad con Él.
Jesús los llamó hipócritas, esta palabra hipócrita tiene las siguientes connotaciones: falso, mentiroso, vano, iluso, porque detrás del hipócrita hay una mentira, tibieza y falta de decisión y compromiso para ser verdadero delante de Dios y cuando vamos a la raíz encontramos la desobediencia, la rebeldía, no queremos hacer correcciones, no queremos enderezar lo torcido y más bien queremos aparentar algo que no somos y que no hacemos… preferimos seguir en las mismas, continuar el mismo camino sin importar que nos estamos llevando por delante a nuestras próximas generaciones.
¿Quien es un hipócrita?: Es el que deliberadamente y como hábito pretende ser alguien que no es, finge actitudes y sentimientos que no tiene, un hipócrita se define como una persona de doble animo, comienza algo y no lo termina, anda fingiendo que es una cosa cuando en realidad es otra, nunca muestra su verdadera cara, tiene muchas caras, una para cada lugar, para cada momento y para cada circunstancia.
Detrás de las personas de doble ánimo hay un corazón lleno de: CULPA, VERGÜENZA, FALTA DE PERDÓN, AMARGURA, RAÍZ DE AMARGURA, MIEDO, RESENTIMIENTO, ORGULLO.
En el mundo espiritual vemos 4 espíritus inmundos que se mueven tras la hipocresía:
- Falsa humildad: Es un mascara muy dañina, ya que se considera un espíritu que logra engañar a las personas a su alrededor e incluso a ella misma, pero jamás podrá engañar a Dios Jeremías 17:9-10.
- Doble animo: Espíritu inconstante, nunca persevera en lo que inicia, nunca termina lo que comienza, es inmadura espiritual: Santiago 1:8.
- Pecado Oculto: El pecado oculto es un cáncer espiritual: no se ve, ni se siente, pero destruye todo a su paso y cuando finalmente se descubre, puede ser demasiado tarde.
- El pecado oculto aparentemente no se ve, pero está ahí y causa daño, inhabilita para luchar contra el enemigo, algún día saldrá a la luz y trae vergüenza y destrucción repentina.
- Religiosidad: El portador de este espíritu aparenta ser una persona muy espiritual, Le gusta ser visto por los demás, le da más importancia a lo externo (lo que se ve) que a lo interno (el corazón), dicen pero no hacen; Jesús los llamó “Escribas y Fariseos hipócritas…”, Mateo 23:27-28, los “Religiosos” No llevan una verdadera relación con Dios, sino que conocen bien la palabra pero no la ponen por obra.
- Jesús lo declaró en Marcos 12:38-44: «Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.”.
- Lucas 11:52: «¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.”
- La raíz del problema de estos religiosos es que su corazón está muy lejos de Dios, consideremos algunas de las consecuencias: