Saltar al contenido
Portada » Charlas ETP » Santidad (Pastor Alejandro Roncancio)

Santidad (Pastor Alejandro Roncancio)

Hebreos 10:10 “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”.

Conocer a Dios, quien es infinito, eterno, incomprensiblemente Santo, y lleno de sabiduría inescrutable, es una tarea que, humanamente, parece imposible. Sin embargo, Dios nos ha revelado aspectos de su carácter y de su ser que Él desea que conozcamos, está escrito en Jeremías 9:24 “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, esta revelación es la única manera en que podemos aprender a relacionarnos con Él y vivir una vida de santidad y comunión, disfrutando así de sus bendiciones.

Uno de los mayores peligros de nuestra generación es que a menudo reducimos a Dios a un concepto manipulable, nos vemos tentados a pensar que Dios siempre está a nuestra disposición, que siempre está dispuesto a perdonar, como si esa fuera su única función. Este podría ser el «dios» de nuestra era, pero no es el Dios de la Biblia.

La iglesia actual trivializa a un Dios que no conocen, ignorando su verdadera esencia, por tal razón necesitamos conocer a Dios desde lo profundo de Su Santidad. 

Dios tiene atributos que tienen que ver con su esencia pura, con Su ser sagrado, Su Santidad, Su carácter justo, Su amor, Su gracia, Su misericordia, Su bondad, Su celo y Su ira. Estos atributos son los que día a día Él da a conocer al hombre, pero hay otros atributos que tienen que ver con Su esencia, Su omnipresencia, Su omnisciencia, Su eternidad y Su sabiduría. Estos, en cambio no son necesarios que Dios los revele al hombre, ya que han sido manifestados en la creación misma. 

Hoy quiero hablar del atributo de Dios que encabeza la lista, el atributo de los atributos que describe la esencia, la belleza, la armonía de su perfección y el carácter de Dios, el atributo que describe quién es Dios, se encuentra en el libro de Isaías 6:3 “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”:  La Santidad de Dios. 

La Santidad de Dios es el atributo que el hombre odia, porque es lo que hace que Dios visite los juicios del hombre por causa de sus pecados e iniquidades.

Dios desde el principio ha enfatizado sobre Su Santidad, porque Su Santidad lo separa del resto de la creación. Él es único en su clase, no tiene igual, no tiene parecidos, Dios es sagrado, moralmente puro en su esencia y separado de todo lo demás en su existencia.

En consecuencia de esto, este es el atributo de Dios con el que tú y yo no podemos jugar y sí lo hacemos nos puede costar muy caro, debido a que:

  1. Él rechaza todo lo que es pecaminoso; Él aborrece lo que no es santo.
  2. “Sed santos porque yo soy Santo”: 1 Pedro 1:16 “Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” y en Levítico 11:44 “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo”.
  3. La santidad de Dios explica la muerte cruel de su hijo “Santo» en una cruz “no santa”, el día que decidió llevar nuestros pecados. 
  4. La santidad de Dios explica la razón por la que habrá mucha gente en el infierno, en dolor, en llanto y en el crujir de dientes.

Un ejemplo que la santidad de Dios no se negocia fue el caso que ocurrió con Nadab y Abiú hijos de Aaron, se encuentra en Levítico 10:1-7, estos jóvenes, al profanar lo sagrado, enfrentaron la severidad del juicio divino.

En el capítulo 8 de Levítico, Moisés consagró Aarón y a sus hijos como sacerdotes, y en el capítulo 9 de Levítico se inaugura el tabernáculo de reunión. En ese acto Dios desciende con fuego y consumió todos los sacrificios que estaban sobre el altar, y en un solo momento la presencia de Dios fue tan extraordinaria que todos se postraron en tierra con temor y en señal de reverencia; Levítico 9:6 “Entonces Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá”, levítico 9:23 “Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo”.

Este fue uno de los días más tristes de toda la travesía por el desierto. Dios tuvo que mostrar al pueblo de una forma dolorosa que Él es Dios, que no negocia Su Santidad. Debió ser un día de celebración, sin embargo, resultó ser un día trágico por causa de La santidad de Dios. El tabernáculo había sido el único lugar en el mundo apartado y santificado por Dios y llegaron estos 2 jóvenes y tuvieron la osadía de corromper el lugar santo que Dios había preparado para representar su morada con su pueblo. 

No hemos entendido que nosotros los seres humanos traídos del polvo de la Tierra, tenemos la osadía de desafiar la autoridad del Dios Creador, Eterno, Omnipotente. Cuando hacemos esto, tarde o temprano llegarán las consecuencias. La tardanza de las consecuencias revela la paciencia de Dios esperando por el arrepentimiento del pecador.

Días antes, el padre de estos 2 jóvenes, Aaron, permitió que el pueblo levantara un ídolo de oro y las consecuencias vinieron sobre los 2 hijos. Hoy les digo a los padres: La mejor garantía que ustedes tienen de que Dios visite con gracia su descendencia es la vivencia de una santidad ante Dios y no una vida de apariencia delante de los hombres. Padres, cuando vean a sus hijos desviarse del camino, piensen por un momento si en cualquier instante de sus vidas corrompieron la comunión con Dios, porque Dios no negocia Su Santidad. Nosotros tenemos hoy una generación totalmente contaminada por la ideología de género, por la inmoralidad, por la superficialidad, por la vanidad de nuestro mundo, debido a que una generación previa no hizo lo que le tocaba hacer y abandonó la ley de Dios, Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”. 

  • El día que David profanó a betsabé, el fruto de esa unión murió porque Dios no negocia Su Santidad. 
  • El día que Ananías y Safira vendieron su propiedad y fueron donde Pedro para mostrar una apariencia de Santidad y compromiso ante los hombres, le mintieron al Espíritu Santo, y murieron instantáneamente, porque Dios no negocia Su Santidad. 
  • El día que Uza tocó el Arca del Pacto, murió instantáneamente porque violó la prohibición de Dios, porque Dios no negocia Su Santidad.

Ahora hagamos introspección y miremos las veces que hemos profanado la Santidad de Dios, veamos 1 Corintios 6:18-19 «Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” Aquí dice: “Huyan”, escuche esto, tu cuerpo no es simplemente tu cuerpo, es el templo del Espíritu Santo que está en ti, el cual tienes de Dios y que no te pertenece a ti, le pertenece a Dios. No podemos vivir como inmundos y ofrecer a Dios adoración porque esto sería fuego extraño. Si contaminamos durante la semana el templo del Espíritu Santo y venimos el domingo a ofrecer adoración a Dios, corremos peligro, observemos Hebreos 10:28-31 “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santifica…