Jeremías 17:1, Esequiel 11:17-20, Jeremías 15:19-21, Job 5:19-27, Salmos 127:1. La Obra que se lleva a cabo en nuestro hogar, es de Dios, no nuestra, El es el que edifica, nosotros somos solamente sus administradores, El es el dueño de todo nosotros seguimos sus planes y sus propósitos.
Cuando pretendemos edificar por nosotros mismos, nuestro trabajo es en vano, pues sin el fundamento de Dios que es Cristo Jesus en nuestras vidas, todo lo que construyamos se derrumbara, no permanecerá, dice su palabra que separados de El nada podemos hacer, sin su ayuda una casa, puede ser solamente el lugar donde la familia, vive, come y duerme.
Un Hogar es mucho mas allá de eso, es un lugar, donde la familia, crece, se edifica, fortalece, se reúne, conviven, comparten, se aman y son felices. Es el lugar donde se honra a Dios, donde desciende la bendición sobre sus hijos, donde se sienten seguros y bien atendidos, amados, donde desean estar, para comenzar este proceso de restauración y restitución se hace necesario que el carácter de Dios se impregne en nuestra vida, nuestro hogar y nuestra familia; ese carácter no puede ser de boca, tenemos que accionar para lograrlo. Escucha las charlas en el nuestro podcast o en iTunes