En muchas ocasiones nuestros afanes de la vida nos lleva a vivir de la manera como las circunstancias nos lleva a vivir, y esto hace que olvidemos el propósito que Dios tiene para nosotros, le quiero recordar a la iglesia los que dice Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” y Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
El polvo representa todo aquello que nos hace sentir insignificantes, tristes, cargados y sin valor. El polvo es todo ese pasado lleno de experiencias desagradables, de culpas y temores, inseguridades y conflictos que hemos ido arrastrando a través de nuestro caminar por la vida, el polvo son esos pensamientos negativos y distorsionados, esas relaciones conflictivas que seguimos perpetuando, ciclos dañinos que no cerramos, conductas adictivas, la soledad y sentimientos de culpa que no hemos podido arrancar de nuestra vida que llenan nuestra vida de rencores, odio, venganza, envidia, celos, baja autoestima, desánimos, y nos llevan a esclavitudes y cautividades.
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Isaías 52:2, Salmos 126:1-6.
En muchas ocasiones nuestros afanes de la vida nos lleva a vivir de la manera como las circunstancias nos lleva a vivir, y esto hace que olvidemos el propósito que Dios tiene para nosotros, le quiero recordar a la iglesia los que dice Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” y Jeremías
29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
El polvo representa todo aquello que nos hace sentir insignificantes, tristes, cargados y sin valor. El polvo es todo ese pasado lleno de experiencias desagradables, de culpas y temores, inseguridades y conflictos que hemos ido arrastrando a través de nuestro caminar por la vida, el polvo son esos pensamientos negativos y distorsionados, esas relaciones conflictivas que seguimos perpetuando, ciclos dañinos que no cerramos, conductas adictivas, la soledad y sentimientos de culpa que no hemos podido arrancar de nuestra vida que llenan nuestra vida de rencores, odio, venganza, envidia, celos, baja autoestima, desánimos, y nos llevan a esclavitudes y cautividades.
¿No crees que es tiempo de sacudirnos todo ese polvo? Es el tiempo de soltar y remover todo lo que te hace daño, es tomar la decisión de desligarnos de la esclavitud y la cautividad que nos ha detenido y que no nos ha permitido avanzar en nuestra vida, hoy es el día de tomar la decisión y acción de sacudirnos el polvo del pasado, de esos pensamientos negativos, de los miedos y fracasos, de nuestros errores, de esas relaciones tóxicas, de la auto compasión y de la lástima, es el tiempo de arrancar, la condenación, la maldición, la ruina, la escasez, todo lo que ha traído muerte y enfermedad a nuestro cuerpo a nuestra alma y a nuestro corazón, está escrito en el libro de los Salmos 126:1-6.
En el libro de Proverbios
18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos”, el poder de la vida y la muerte está en la lengua, en tu boca está el poder de maldecir o bendecir, en el libro de Deuteronomio
30:19-20 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” y en el verso 20 nos enseña como debemos hacerlo: “amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días” por lo tanto hoy vamos a usar nuestra lengua para “sacudirnos del polvo” que cargamos encima de nuestra vida, familia y descendencia.
Hay un timón que se llama “Lengua” y la vamos a usar para llegar a nuestro propósito y destino, Santiago 3:4-5 “Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua…”
Hoy es el día que el Espíritu de Dios le va a dar un vuelco total a tu destino de maldición, hoy se van a romper ataduras, ligaduras, cautividades, Dios va a corregir el destino de maldición por causa del pecado, la maldad, la iniquidad, las herencias de maldición, las maldiciones proferidas por hombres de autoridad de tu vida, tu familia y descendencia… Cristo en la cruz del calvario llevó nuestro pecado, nuestra iniquidad, nuestra maldición, Él dijo “Consumado es…”.
Hoy se van a romper las marcas que están en tu ADN que han traído enfermedades, maldiciones generacionales, destinos desviados por palabras que lanzaron contra ti personas de autoridad y vamos a utilizar nuestra boca para profetizar sobre nuestra vida, nuestra familia y nuestra descendencia.
Hoy nos vamos a sacudir de las transferencias que hemos recibido de la herencia generacional en la linea de sangre, hoy se van a eliminan las marcas en nuestra genética que están ahí y fueron colocados por nuestros antepasados que experimentaron traumas, o que abrieron puertas a la maldición al pecado y a la iniquidad y todo esto marcó nuestro ADN, no se van a repetir eventos y situaciones que ellos vivieron, hoy renunciamos, llevamos a la cruz del calvario todas las marcas que están en nuestro ADN, hoy el poder de Dios habla al ADN y a partir de hoy se desprenden cánceres de nuestro cuerpo, se restauran huesos y coyunturas, toda enfermedad en los huesos se arranca de nuestro ADN, cánceres de estómago. Pulmones, riñones, diabetes, enfermedades huérfanas hoy salen de sus cuerpos en el nombre de Jesús, hoy vas a identificar el trauma generacional que está en la linea familiar y no vamos a seguir llevándolo a cuestas, toda experiencia traumática se desprende de mi código genético, la enfermedad, el dolor, las repeticiones genéticas; esto no es el plan de Dios para nosotros, Salmos 1
39:13-16. Hoy se restaura mi código genético y Dios lo hace a Su perfección.
En el libro de Ezequiel 37 hay una palabra especial donde el Señor manda a profetizar, en Marcos
11:23 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón,
sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”, muchos saben el poder que tienen las palabras acompañadas de la fe; 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”, Marcos
9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.