La Biblia habla cosas que no podemos ver, cosas invisibles, pero que ejercen un efecto muy poderoso en la vida de todas las personas. Por ejemplo: ligaduras de impiedad, cargas espirituales, yugos espirituales, cargas de opresión, ataduras o cadenas espirituales.
Este tipo de elementos espirituales están presentes en nuestra vida y afecta de tal manera que te impide realizarte como persona, avanzar en los propósitos que Dios tienes para tu vida, tu hogar y tu descendencia.
Una atadura o una ligadura, es un elemento espiritual que impide el movimiento y el avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona. Todo aquello que te amarra a un punto fijo es una atadura. Las Escrituras utilizan diferentes figuras proféticas para ilustrar cómo opera una atadura: yugos, cuerdas, pesadas cargas, molinetes, grilletes y cadenas. Todos tienen algo en común: oprimen y atormentan.
Isaías 58:6, Isaías 10:27, Isaías 9:4, Gálatas 5:1.
La Biblia habla cosas que no podemos ver, cosas invisibles, pero que ejercen un efecto muy poderoso en la vida de todas las personas. Por ejemplo: ligaduras de impiedad, cargas espirituales, yugos espirituales, cargas de opresión, ataduras o cadenas espirituales.
Este tipo de elementos espirituales están presentes en nuestra vida y afecta de tal manera que te impide realizarte como persona, avanzar en los propósitos que Dios tienes para tu vida, tu hogar y tu descendencia.
Una atadura o una ligadura, es un elemento espiritual que impide el movimiento y el avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona. Todo aquello que te amarra a un punto fijo es una atadura. Las Escrituras utilizan diferentes figuras proféticas para ilustrar cómo opera una atadura: yugos, cuerdas, pesadas cargas, molinetes, grilletes y cadenas. Todos tienen algo en común: oprimen y atormentan.
Toda atadura o ligadura, con el paso del tiempo termina desarrollando un hábito y una conducta, que luego generan más hábitos y más conductas destructivas. Una atadura es también un ámbito espiritual de destrucción en donde se aceleran el deterioro físico, espiritual y moral de la persona.
Las ataduras se fundamentan con el pecado, la maldad, la iniquidad y la fuente que lo alimenta son el anhelo, el deseo, la ira, el odio, el rencor, la amargura y la raíz de amargura, una relación sexual inapropiada, una relación peligrosa y obstinada, una obsesión con alguna persona o cosa,.
Cuando alguien no trata a tiempo una atadura, esta irá echando raíces hasta establecer otra atadura, y luego otra atadura en otra área, hasta que la persona queda en completa cautividad. Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y van creciendo y arraigándose al punto de convertirse en fortalezas y luego en maldiciones.
Las ataduras y los yugos son invisibles, la manera de identificarlos es cuando existe una carga pesada sobre ti, producen un sentimiento de culpa y dependencia, puedes llegar a disfrutarlo en momentos para luego darte cuenta que está destruyendo tu vida, te agrada pero te lastima, te agrada pero produce tristeza y un peso en ti, sientes que oprime tu vida, y no te deja avanzar, todo esto te lleva a lugares espirituales de cautividad, uno de estos es el pozo de la desesperación y entras a caminar en lodos cenagosos y círculos viciosos.