El Señor debe ser el centro de nuestra vida, hogar, familia, descendencia, Él es el que edifica, nosotros somos solamente administradores de todo lo que Él nos ha entregado, vida, economía, emociones, en otras palabras, El es el dueño de todo, nosotros solo debemos seguir sus planes y sus propósitos.
Cuando pretendemos edificar por nosotros mismos, nuestro trabajo es en vano, pues sin el fundamento de Dios que es Cristo Jesus en nuestras vidas, todo lo que construyamos se derrumbara, no permanecerá, dice su palabra que separados de El nada podemos hacer, sin su ayuda una casa, puede ser solamente el lugar donde la familia, vive, come y duerme.
Un Hogar es mucho mas allá de eso, es un lugar, donde la familia, crece, se edifica, fortalece, se reúne, conviven, comparten, se aman y son felices. Es el lugar donde se honra a Dios, donde desciende la bendición sobre sus hijos, donde se sienten seguros y bien atendidos, amados, un hogar es un lugar donde todos los que en ella habitan desean estar.
Para comenzar este proceso de restauración y restitución se hace necesario que el carácter de Dios se impregne en nuestra vida, nuestro hogar y nuestra familia; ese carácter no puede ser de boca, debemos ser testimonio, mostrar Su carácter en nuestra vida y ese carácter se va a reflejar en la familia y en la descendencia.
Dios es un Dios de orden, el enemigo es desorden. Todo lo que corresponde al reino del Señor es y debe ser orden, todo lo que es lejos de Dios es desorden. Dios nos ordena a través de Su palabra que debemos vivir una vida en completo orden en todas las áreas: Espiritual, emocional, económica, sexual y física, el problema principal radica en que nuestra naturaleza es pecaminosa, somos herederos de una naturaleza pecaminosa, tendenciosa al desorden, a la maldición, la blasfemia, la mentira, la hipocresía, la falsedad, la traición, el pecado, la maldición y la iniquidad.
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Cuando pretendemos edificar por nosotros mismos, nuestro trabajo es en vano, pues sin el fundamento de Dios que es Cristo Jesus en nuestras vidas, todo lo que construyamos se derrumbara, no permanecerá, dice su palabra que separados de El nada podemos hacer, sin su ayuda una casa, puede ser solamente el lugar donde la familia, vive, come y duerme.
- Muchos han hecho muchas obras, el trabajo es arduo por amor a Jesucristo y no has desmayado, has sufrido y has tenido paciencia y no puedes soportar a los malos y has probado a los apóstoles y los has hallado mentirosos… pero tengo contra ti… has dejado tu primer amor:
- Has dejado tu primer amor.
- Recuerda de donde has caído y arrepiéntete.
- Quitaré tu candelero.
- Al que venciere le daré de comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
- Yo conozco tus obras y tu tribulación y tu pobreza, se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. El que venciere, no sufrirá daño en la segunda muerte.
- Morada de Satanás, retienen el nombre de Jesús y no niegan su fe.
- Practican la doctrina de Balaam (poner tropiezo, vender sus dones por dinero), doctrina de los Nicolaítas.
- Arrepiéntete, sino vendré y pelearé contra ti con la espada de mi boca.
- Al que venciere le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en ella un nombre nuevo que solo tu vas a conocer.
- Yo conozco tus obras y amor y fe y servicio y tu paciencia y que tus obras postreras son mas que las primeras:
- Toleras a Jezabel, fornicaria y da a Omer cosas sacrificadas a los ídolos.
- Al que venciere y guardare mis obras le dará autoridad sobre las naciones y le daré la estrella de la mañana.
- Se vigilante y afirma tu vida espiritual porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios, lo que has recibido y oído guárdalo, y arrepiéntete.
- El que venciere será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y de Sus ángeles.
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