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Piedra de Tropiezo (Pastor Alejandro Roncancio)

Romanos 9:33 “He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado”.

En la vida debemos tomar decisiones firmes, dice la Palabra que Dios coloca delante de nosotros la bendición y la maldición y nos da una instrucción “Escoge, pues, la bendición para que te vaya bien…”, Deuteronomio 30:19 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” tu escoges, por un lado la salvación que es Cristo Jesús o la perdición y la condenación.

Dios plantó una piedra en medio del mundo; cuando caminas por un camino y aparece una piedra en medio del camino, hay dos cosas que pueden suceder, puedes tropezarte con ella y caer o puedes colocarte sobre esa roca y afirmarte sobre ella.

¿Que significa tropezar con la piedra y que significa afirmarte en ella?

Aunque seamos creyentes, tenemos que entender que el proceso de cambio y transformación aún no ha terminado, aún tenemos que enfrentar batallas, todavía tenemos que lidiar con nuestros propios pensamientos y con los argumentos que se levantan contra nosotros que quieren destruirnos, ya que tendremos que superar y vencer ideales religiosos, mentiras espirituales, paradigmas equivocados y creencias erróneas, y además de todo esto se suma lo que el mundo quiere vomitar encima de nosotros para volvernos esclavos del mundo.

Escuche esto: “El que no escoge con plena libertad los principios y fundamentos registrados en la Biblia como una norma de conducta, tarde o temprano Jesús será su piedra de tropiezo, se verá manejado por otros, vivirá en la indolencia como un parásito, sujeto a lo que determinen los demás. Se prestará a ser zarandeado por cualquier viento, dice la Palabra que los tales son como nubes sin agua, llevadas de aquí para allá por los vientos; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos, sin raíces”. Judas 1:12-13 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”.

Esto sucedió con los judíos en los tiempos del apóstol Pablo, quienes estaban resueltos a obrar su propia salvación en la base de su propio comportamiento, sus propias buenas obras frente a Dios, y que ocurrió: “Se tropezaron con la piedra”. Es por eso que los judíos rechazaron a Jesús, y por lo cual le rechazan hasta el día de hoy. No quieren admitir que necesitan un Salvador. 

Pero para aquellos que necesitan un Salvador, han sido atraídos por el Espíritu de Dios, despertados por Su gracia, por lo tanto, el mismo deseo de ser salvos, la expresión misma de su necesidad de un Salvador, les causa aceptar a Jesús, colocándose sobre esa Piedra y afirmándose en ella.. 

Para ilustrar esto, traigo a estudio la vida de Saul, el primer rey de Israel, un hombre que tenía todo lo necesario para ser bendecido y bendecir al pueblo que lo eligió como rey, pero que terminó en el más grande de los fracasos. 

Al analizar la vida de Saúl notamos que su caída comenzó desde su interior, no fue capaz de ejecutar la Palabra que Dios le había dado y se volcó a cada una de sus actitudes, decisiones y acciones de las que luego se lamentaría profundamente debido a su carácter endeble; tropezó con la piedra y cayó. Esta fue el mandato de Dios para Saul: 1 Samuel 15:3 “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”, y esto fue lo que hizo Saul, 1 Samuel 15:8-9 “Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron”.

Todos tenemos un Saúl dentro, hombres y mujeres pecaminosos que nos impide ser los hombres y mujeres que Dios desea que seamos. Por lo tanto, si aprendemos a vivir despojándonos de este viejo hombre, habremos logrado mucho en nuestro deseo por convertirnos en hombres y mujeres de Dios, ya que, el propósito del Señor es desarrollar Su carácter en nosotros. «El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones” Proverbios 17:3. El carácter piadoso es el resultado de la obra de santificación del Espíritu Santo. El carácter en el creyente es una manifestación constante de Jesús en su vida. 

Veamos 6 características negativas de Saúl, señalemos cuáles son aquellas con las que más nos identificamos y en consecuencia tomemos las decisión de vivir los principios descritos en la Palabra de Dios, para que Jesús no sea la principal piedra con la cual tropezamos día a día:

  1. Era un hombre lleno de temores, miedos e indecisiones. Saúl tenía todo a su favor, Dios le había dado todo lo necesario para confiar en Él, había colocado a su lado al profeta Samuel, sin embargo a pesar de esas ventajas, fracasó miserablemente. ¿Por qué? Porque no le permitió a Dios ser el Señor de su vida”.
  2. Era un hombre de solo apariencia. 1 Samuel 10:24 “Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!”. La Biblia dice que era joven y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él, 1 Samuel 9:2 “Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo”. Su apariencia exterior no fue suficiente para cumplir con los preceptos que Dios colocó sobre su vida.
  3. Era un hombre desobediente. A pesar de que Dios había avalado su reino, reconociéndolo públicamente y con una victoria frente a los amonitas, Saúl todavía demostraría que el miedo y la inseguridad en su corazón no habían sido superados. Esto le llevaría a formar otros defectos de carácter en su personalidad, acarreando serias consecuencias sobre sus decisiones, convirtiéndose en una persona desobediente al explícito mandato de Dios.
  4. Era un hombre arrogante e impulsivo. 1 Samuel 14:23-29, 43-45: Cuando supo que fue desechado debido a su desobediencia, Saúl comenzó a mostrar todos los defectos de carácter. Un siervo/sierva de Dios debe tomar decisiones con sabiduría y en dependencia del Espíritu de Dios, pero los arrebatos de ira, las decisiones apresuradas y la actitud arrogante pueden causar serios daños a las personas que amamos. “Cuidado con herir a los que amas por no aprender a controlar tu temperamento”. Eso fue lo que hizo Saul, colocó a su hijo Jonathan en boca de jarro a la muerte.
  5. Era un hombre “terco como la mula”, mentiroso, egoísta y rebelde. 1 Samuel15:13-23. ¿Era posible tal necedad en la mente de un hombre? Saúl había llegado al colmo de su rebeldía. A él no le importaba las indicaciones de Dios para que se hicieren las cosas, sólo le importaba hacer las cosas a su manera, y por esto fue desechado para siempre por el Señor. El mayor aliado de un siervo/sierva de Dios es la palabra del Señor. Es difícil para un hombre despojarse de “su razón” pero, que privilegiado aquel que se deja ser guiado por los mandamientos de Dios antes que por su parecer.

Saúl era un hombre sin carácter, todos los defectos que hemos podido apreciar en la vida de Saúl, se encuentra en muchos de …