Nehemías 1:3.
Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento está separado del libro de Mateo por un período de silencio de Dios de mas de 400 años, pero a pesar de eso estos dos libros están enlazados de una manera realmente asombrosa. Desde el punto de vista histórico, hubo un tiempo muy largo durante el cual no hubo ninguna voz que hablase en nombre de Dios ni vino ningún profeta a Israel y tampoco quedaron escrituras, en otras palabras: “Los cielos guardaron silencio”.
Malaquías es el último de los Profetas Menores y la última voz profética que habría de hablar a Israel después de que los israelitas regresaron de su cautividad en Babilonia, pero el pueblo no volvió unido, sino que retornaron en dos o tres grupos, el primer grupo cumplió la profecía de Jeremías, en el sentido de que la cautividad habría de durar 70 años y retornarían a la ciudad vacía y desolada de Jerusalén, donde comenzarían a levantar los muros y las puertas destruidas y colocar los cimientos del templo. Malaquías es el fin del antiguo testamento o antiguo pacto y el comienzo de una nueva historia con una promesa para la restauración y restitución de las familias de la tierra y es para ejecutarla en los tiempos de hoy ya que las familias de la tierra están recibiendo el más grande de todos los ataques satánicos con el fin de aniquilarlas del todo, pero Dios en su infinita bondad nos la ha entregado para ejecutarla “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres…”. Malaquías 4:6.
Pasados 70 años Dios escoge un hombre llamado Nehemías para reedificar los muros caídos y restaurar las puertas quemadas; pero antes de eso, él pregunta cuál era la condición espiritual, emocional, económica y física de la ciudad y de la gente que retornaron de la cautividad y lo que escucha es que las familias estaban en “una condición de total destrucción”; sin embargo Dios le concede a Nehemías que regrese a Jerusalén y que inicie la restauración de las puertas y los muros de la ciudad que servirían para proteger las familias que allí se encontraban.
La pregunta que surge es: ¿cual es el significado espiritual para estos tiempos?: Los muros destruidos y las puertas rotas significa la condición actual de inseguridad en muchos hogares y muchas familias que están desprotegidas; la irresponsabilidad, la contaminación de la tierra por causa de la iniquidad, el pecado, y la maldición, el abandono, la idolatría, esto ha traído que muchas familias sean desintegradas; todo porque los muros están derribados y las puertas han sido destruidas; de esa manera entra el enemigo a destruir, pero hoy debemos comprender que Dios nos está llamado a que edifiquemos los muros y restauremos las puertas de nuestras vidas, hogares y descendencias, abre tus ojos y tus oídos espirituales y mira las causas que se encuentran escritas en la Palabra de Dios en Nehemías 1:5-6:
- Los Muros son los fundamentos de Dios en nuestra vida, basada en Su Palabra, el problema de hoy es que hemos entrado en una etapa de relativismo espiritual, la Biblia dice que Dios abomina la mentira y que serán condenados los mentirosos, en este tiempo la mentira se pone en lugar de la verdad y genera también leyes que son fundamentos mentirosos que acaban con los principios de Dios y por ende acaba con el hombre.
- La justicia y la injusticia han luchado desde el principio de la humanidad y la justicia que tiene su asiento en la verdad, es como un muro de contención para que nadie haga lo que se le de la gana, en el Salmo 11:3 encontramos: “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?”. Hemos entrado en una etapa de relativismo espiritual que quiere destruir nuestra vida, nuestro hogar y nuestra familia. Observen lo que dice la Biblia en el Salmo 119:142: “Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad”. ¿De dónde proviene la justicia de Dios? De la verdad y de ésta nace la ley.
¿Cómo reconstruir las Murallas y Puertas de nuestra vida, hogar y familia?
Necesitamos tener el carácter y el corazón de Nehemías, por lo tanto, en la vida de un cristiano, la reconstrucción de las murallas es un símil del restablecimiento de los fundamentos de Dios en nuestra vida, hogar y familia.
Todos hemos visto como vidas, hogares y familias cuyas muros o fundamentos de Dios se han desmoronado han sido destruidos, matrimonios, hijos, economía, emociones, relación con Dios, pero Dios con su gracia y su inmensa bondad extiende su mano porque su mayor anhelo es restaurar, es que el corazón de los padres se vuelva a los hijos y el corazón de los hijos se vuelva a los padres, El quiere tocar las vidas de las personas para que nos levantemos y edifiquemos los muros y restauremos las puertas para no estar más en oprobio.
El primer paso en este proceso DE RECONSTRUCCION aparece en Nehemías 1:4: “Cuando escuché estas palabras, me senté, lloré e hice duelo por algunos días. Ayuné y oré delante del Dios de los cielos”, Nehemías tenía el corazón que ama lo que el Señor ama.
- UNA VISION MAS ALLÁ. Nehemías observó la condición de Su pueblo, de su familia, de sus ascendientes y colocó este anhelo en el corazón de Dios y está escrito en Nehemías 2:18-19.
- IDENTIFICACION DEL PROBLEMA Y PREOCUPACION POR NOSOTROS Y POR LOS NUESTROS: No podemos reconstruir las murallas en nuestra vida, hogar y familia si no hemos identificado la raíz de los problemas que son los que han causado la destrucción de nuestra vida, hogar y familia. ¿Te has detenido a observar las ruinas que hay en tu propia vida? Al igual que Nehemías, esta palabra es para ti, el escucha el informe acerca de la condición física, económica, emocional y espiritual de Jerusalén y de las familias que allí se encuentran, llora y ora durante días enteros, mostrando su profunda preocupación y dolor.
- CONFESION. A esto le sigue la confesión. ¿Qué confesión?. Nehemías 1:5-7 hallamos la oración de Nehemías al confesar que la nación entera y las familias ha abandonado a Dios.
- COMPROMISO Y ENTREGA. Volverse a Dios con todo el corazón, ser cotidiano con Él, el anhelo de la restauración y el levantarnos para hacerlo, debe ser su prioridad.
- ESFUERZO Y VALENTÍA: Nehemías 2:9-10: Cuando leemos acerca de los amonitas, moabitas, edomitas, y otros “itas”, son los enemigos de Dios… Estos principados satánicos en el hombre resiste la obra, la voluntad y los caminos de Dios.
Oración de Nehemías 1:4-11.
Escucha las charlas en En iTunes o en Spotify Recuerda unirte a nuestras transmisiones en vivo de los cultos todos los domingos a las 9AM y los martes a las 6PM durante el periodo de cuarentena!