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Incongruencia; En Tu Vida, Tu Hogar y Tu Descendencia

El mundo está cansado de escuchar charlas cristianas, el mundo quiere oír una vida que hable, Dios quiere que sus hijos se manifiesten así como está escrito en el libro de Romanos 8:19 “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.

Tanto el mundo como los cristianos está envuelto en engaños e hipocresías, divisiones, contiendas, iras, celos y envidias; la culpa, vergüenza, falta de perdón, amargura, raíz de amargura, el miedo, resentimiento y orgullo hacen que nos coloquemos máscaras, con el único fin de vernos bien o que nos vean bien.

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El mundo está cansado de escuchar charlas cristianas, el mundo quiere oír una vida que hable, Dios quiere que sus hijos se manifiesten así como está escrito en el libro de Romanos 8:19 “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.
Tanto el mundo como los cristianos está envuelto en engaños e hipocresías, divisiones, contiendas, iras, celos y envidias; la culpa, vergüenza, falta de perdón, amargura, raíz de amargura, el miedo, resentimiento y orgullo hacen que nos coloquemos máscaras, con el único fin de vernos bien o que nos vean bien.
Jesús le dio la etiqueta de hipócritas y generación de víboras, Mateo 12:34-35 y el ejemplo mas claro está en Juan 5:39-40, “los fariseos se comían las escrituras buscando salvación pero ignoraban al verbo, al autor de la Palabra, al autor de la salvación” y esto nos ocurre a nosotros,, creemos que comiendo Biblia nos vamos a salvar e ignoramos por completo al autor de la Salvación.
La palabra hipócrita tiene las siguientes connotaciones: falso, mentiroso, vano, iluso, detrás del hipócrita hay mentira, tibieza y falta de decisión para ser verdaderos delante de Dios y cuando vamos a la raíz encontramos que no queremos ser obedientes, no queremos hacer correcciones, no queremos enderezar lo torcido y más bien queremos aparentar algo que no somos y que no hacemos… preferimos seguir en las mismas, continuar el mismo camino sin importar que nos estamos llevando por delante a nuestras próximas generaciones, en otras palabras somos incongruentes, ya que deliberadamente y como hábito pretende ser alguien que no es, finge actitudes y sentimientos que no tiene, un hipócrita se define como una persona de doble animo, siempre comienza algo y no lo termina, siempre anda fingiendo que es una cosa cuando en realidad es otra, nunca muestra su verdadera cara porque tiene muchas caras, una para cada lugar y cada circunstancia.
Incongruencia es la falta de correspondencia entre una cosa y otra. Es hacer algo que es contrario a lo que decimos. La incongruencia en el cristianismo moderno es que hablamos mucho pero hacemos muy poco. Predicamos tanto el Evangelio pero lo vivimos muy poco. La incongruencia entre lo que hacemos y decimos solo demuestra la falta de autenticidad de nuestra vida. Solo comprueba que existe un gran carencia de verdad en nuestras vidas. No nos hemos percatado que las palabras son menos eficaces que las acciones que realizamos cuando no coinciden unas con las otras. 
La iglesia está enferma de incongruencia, no somos coherentes con lo que creemos, lo que hablamos y la vida real que llevamos; lo que predicamos es diferente a lo que vivimos, hablamos palabras en vez de acciones que muestren que realmente Cristo vive en nosotros, enseñamos pero en realidad lo que enseñamos no lo vivimos, eso se llama religión, escuche esto: “Nuestras vidas deben ser consistentes con lo que somos”.
Y a pesar que tenemos la Biblia base de nuestra fe, donde se encuentra la guía perfecta para llevar una vida de bendición, donde se encuentra el testimonio vivo del Señor para mostrarlo al mundo, mostramos una vida contraria, una vida incongruente con lo que está escrito.
Escuche esto: “La iglesia primitiva no tenia Biblia, entonces que instrumento tenían para predicar?, se lo voy a mostrar en Juan 1:14 “Y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros”; predicaban la vida de Jesús, transmitían las vivencias de Jesús a través de sus vidas”;
Hoy nosotros tenemos que hacer lo mismo, mostrar a Cristo a través de nuestra relación intima que tenemos con Él, nuestras vivencias y cotidianidad con Él; esto debe hacer la iglesia; debemos convertirnos en testigos de que Jesús está vivo en nosotros.
En el mundo espiritual vemos 4 espíritus inmundos que se mueven tras la incongruencia y la  hipocresía:
a.) Falsa humildad: Es un mascara muy dañina, ya que se considera un espíritu engañador, logra engañar a las personas a su alrededor, incluso a ella misma, pero jamás podrá engañar a Dios Jeremías 17:9-10. La falsa humildad es una máscara que esconde soberbia, arrogancia y altivez, busca satisfacer el ego de quien la porta, busca humillar a los demás, le gusta hacer que los demás los admiren, se sienten superiores, pero fingen ser inferiores para ser exaltados. Estas personas son enemigas de Cristo: Proverbios 16:5 “Abominación es a Jehová todo altivo de corazón, ciertamente no quedará impune”.
b.) Religiosidad: El portador de este espíritu aparenta ser una persona muy espiritual, Le gusta ser visto por los demás, le da más importancia a lo externo (lo que se ve) que a lo interno (el corazón), dicen pero no hacen; Jesús los llamó “Escribas y Fariseos hipócritas…”, Mateo 23:27-28, los “Religiosos” No llevan una verdadera relación con Dios, sino que conocen bien la palabra pero no la ponen por obra. 
c.) Doble animo: Espíritu inconstante, nunca persevera en lo que inicia, nunca termina lo que comienza, empieza muchas cosas y siempre las deja a medias, es inmadura espiritual; todo lo hace dirigido por sus emociones. Santiago 1:8, ”El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”, la palabra Doble animo significa doble mente, doble alma, dos maneras distintas de pensar.
d.) Pecado Oculto: El pecado oculto es un cáncer en términos espirituales: no se ve, ni se siente, pero destruye todo a su paso y cuando finalmente se descubre, puede ser demasiado tarde.