1 Samuel 17:26.
Dios está llamando a su pueblo a volver a Él, al primer amor, al ayuno, a la oración, a la guerra espiritual, el enemigo ha querido detener la iglesia, ha querido apartar al hombre de Dios, por tal razón es el tiempo de avanzar, de crecer, de levantarnos y volver a Dios; El va delante de su pueblo, por lo tanto es el tiempo de arrebatarle al enemigo nuestras vidas, familias y descendientes.
Los incircuncisos o espíritu filisteo es un gobernador de las tinieblas con 5 príncipes que se levantan contra nuestras vidas, familias y descendencias para destruirnos, hoy es un buen día para levantarnos y echarlos fuera en el nombre de Jesús:
- Gazeo: Que genera violencia, peleas, contiendas, iras, maledicencia.
- Asdodeo: Que devasta, ladrón.
- Ascaloneo: Que arruina.
- Geteo: Que oprime.
- Ecroneo: Que paraliza.
- Los gigantes se levantan contra nuestra vida, hogar y descendencia para mostrar su gran tamaño: 1ª Samuel 17:4, aparecen de repente y se presentan como superiores a nuestras posibilidades, a nuestra fe y a nuestro Dios, pero tenemos al Señor que es poderoso gigante Jeremías 20:11.
- Se coloca de frente y pretenden hacernos creer que nunca desaparecerán de nuestras vidas 1ª Samuel 17:8.
- Te desafía con palabras para que tengas temor: 1ª Samuel 17:8-10. Palabras y pensamientos como: “esta escasez nunca se va a ir”, “vas a morir de esta enfermedad”, “tu familia ya no tiene solución”, pensamientos de preocupación que invaden tu paz y tu tranquilidad. Son palabras que, si las escuchamos y las aceptamos, apagan la fe y nos hacen caer en incredulidad, temor y desesperación, confusión; alteración, desorden, miedo, pánico, en otras palabras te paraliza.
- DIOS ESTÁ ATENTO A TU CLAMOR. Aun cuando veas todo oscuro y pareciera que tus oraciones no son escuchadas, tienes que saber que el oído de Dios está atento a tu clamor. Recuerda lo que dice 1era de Pedro 3:12a «porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones”.
- HAY DIOS EN MEDIO DE SU PUEBLO. Él va a mostrarte a ti y a tus enemigos que hay Dios en medio de su pueblo. Dios va a mostrar su poder a favor tuyo.
- ÉL NO LIBRA CON ESPADA, NI JABALINA. Nuestro Dios usa armas no convencionales para derribar a tus gigantes: la fe, la palabra profética, el ayuno, la oración, son algunas de esas armas con las que Dios va a entregar a todos tus gigantes en tus manos.
- Se equipó. 1ª Samuel 17:40. El equipamiento del creyente es espiritual, debemos tomar las armas espirituales las cuales son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, descritas en Efesios 6:10-18: Vestirnos con la verdad y la justicia, colocarnos el calzado del evangelio y el escudo de la fe, tomando el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.
- Salió decidido a enfrentar al Gigante Goliat: Para poder vencer no podemos retroceder ni por un solo instante. Las batallas espirituales en Dios siempre se ganan creyendo que Dios hará lo imposible. David no entro en detalles ni se asusto, 1ª Samuel, 17:45-47. David tenia puesta la mirada en el Señor y ninguna palabra destructora lo afectó sino que se levantó en el nombre del Señor.
- Corrió sin demoras a enfrentarlo, 1ª Samuel 17:48. No se dejó intimidad por nada, solo una cosa David tenía en mente: Vencer de una vez por todas a Goliat. Hoy vas a enfrentar todo gigante que se ha levantado en tu vida, en tu familia y en tu descendencia.
- David lanzo su ataque mortal, 1ª Samuel 17:49. Lanzó con su honda una piedra que dio en el blanco. Cristo es la Roca firme para el creyente fiel y en el Nombre de Jesucristo, la Roca, lanzamos el ataque para destruir al enemigo.
- Le corta la cabeza: 1ª Samuel 17:51. David sabía que a este problema había que cortarlo de raíz para que no volviera a crecer, por eso cortó la cabeza de Goliat. Nosotros también debemos levantarnos en el nombre del Señor y con la espada del Espíritu, la palabra de Dios, debemos hacer una confesión de fe diciendo: Goliat de escasez, enfermedad, esterilidad, temor, nunca más te levantaras para volver a desafiarme se derriban en el nombre de Jesús.