Jueces 6:6.
Cuando hablamos de pobreza, no nos referimos solamente a la pobreza económica, también nos remitimos a la pobreza espiritual, emocional, física y económica y ésta no es la voluntad de Dios para nosotros ni está asociada con la bendición de Dios, ni tampoco es una manera de alcanzar la plenitud espiritual, para Dios la pobreza está asociada con la maldición y esto lo vemos en el libro de Génesis 3:17-19,.
Leyendo estos pocos pasajes comprendemos lo que es la pobreza y la miseria, todos estos pasajes no son bendiciones por seguir a Dios, sino todo lo contrario, todas estas cosas son definidas como maldiciones como consecuencia de estar apartados de Dios, viviendo bajo maldición que únicamente Dios puede romper cuando nos arrepentimos y nos convertimos a Él.
Cuando leemos la Palabra en el libro de Jueces 6 nos damos cuenta que el pueblo de Israel vivía atemorizado por los Madianitas, Amalecitas, y los Orientales, quienes destruían el fruto de su tierra, les quitaban absolutamente todo, a tal punto que el pueblo estaba empobrecido. El Pueblo de Israel de lo poco que podía recoger, lo escondían en cuevas, para poder alimentarse. Todo esto ocurrió porque el pueblo de Dios comenzó a hacer lo malo ante los ojos de Dios y Dios los entregó a los Madianitas durante 7 años; Dios levantó su mano protectora, levantó su vallado y el pueblo de Israel quedó sometido a sus enemigos quienes devastaban el territorio, dice la Palabra que parecía langostas que devoraban todo el fruto de su trabajo.
Muchas veces nos ocurre lo mismo, esfuerzos perdidos, nos conformamos con lo que tenemos, dejamos a un lado todo a lo que tenemos derecho, el enemigo te roba el deseo, el anhelo, los sueños, las ganas, la visión y se manifiesta el espíritu de Madián en tu vida, tu familia y tu descendencia:
- Devora los frutos y tus cosechas: El fundamento de la vida cristiana es que al vivirla, al implantarla en nuestra vida, hogar y familia debemos dar fruto y fruto abundante. Trabajas, negocias, te esfuerzas pero no avanzas.
- Por más que trabajas siempre obtienes pocos resultados: Hageo 1: 6.
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- Siempre estás quebrado a causa de tus deudas: Deuteronomio 28:44.
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- Lo que ganas nunca te rinde.
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- Te esfuerzas demasiado y nunca avanzas.
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- El afán constante de ganar más sin poder disfrutar de tu dinero: Eclesiastés 6:1-2.
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- Gastas y gastas y no puedes parar, no hay un control en tus gastos: Isaías 55:2-3.
- Devora tus años (Joel 2:25). En la misma medida que pasan los años debemos ir prosperando en todo, carácter, amor, sabiduría, conocimiento de Dios, fe, ministerio, servicio, dones, fruto, realización, finanzas, proyectos, etc.
- Devora tu alma (1ª Pedro 5:8). Si con algo ataca el diablo es con depresiones, angustias, afanes, temores, etc. Todo esto devora tu alma, y lo peor de todo devora tu vida espiritual, devorando tu fe, tu confianza en Dios, tu santidad.