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Desesperación Sangrante ( Pastor Diego Ardila )

Salmos 40:2 “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”.

Quiero comenzar con una promesa que se encuentra en Éxodo 34:10 “Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo”.

Tal vez muchas cosas no han salido bien en tu vida, tu hogar y tu descendencia, pero, si todo lo que no esta funcionándoos bien lo colocas delante del Señor, Él es capaz de hacer de nuevo todas las cosas, porque Él es misericordioso; sus misericordias son nuevas cada mañana, Lamentaciones 3:19-23 “Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”, por lo tanto, “los errores, la torpeza, las malas decisiones, las caídas no son el final de tu vida”.

Tenemos que reconocer nuestra condición terrenal: Somos hechos de barro, frágiles y de gran valor en las manos de Dios, Él no se equivocó al crearnos del polvo de la tierra y al colocarnos en la tierra  puso propósito firme cada uno de nosotros, Salmos 139:13-16 “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.

Dios nos creó con la intención de que fuéramos vasos de barro débiles y limitados, con el propósito de colocar Su poder en medio de nosotros, por lo tanto no podemos seguir “peleando con nuestro creador”; cuando el hombre se independiza de Dios, se separa de Dios, coloca a Dios a un lado, nada puede hacer, el libro de Romanos 9:20-21 lo reafirma “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” ¿Cómo el hombre va altercar con Dios si el mismo hombre es el responsable de su condición espiritual? ¿Cómo vamos a decir a Dios por qué me has hecho así cuando somos nosotros los que nos hemos echado a perder en sus manos?. 

Muchas personas aún conociendo el amor de Dios y el sacrificio de Cristo, están viviendo vidas vacías, vidas sin ningún propósito, estas personas se están echando a perder, se están convirtiendo en vasos de deshonra, vasos de ira; pero aún siendo vasos de ira, Dios los ama y los soporta con paciencia ¿por qué? Porque Dios NO quiere que NADIE se pierda, Dios quiere que sus vidas sean transformadas con el poder de su Amor, de su Gracia y de Su Espíritu. Dios quiere que los hijos de ira se conviertan en vasos de honra y misericordia, pero cuando los hombres persisten en ir en contra de la Palabra, Dios hace de ellos vasos de deshonra y de ira.

La mayoría de nosotros necesita una nueva oportunidad para hacer las cosas bien. Dios está más que dispuesto a darnos esa oportunidad. Él es rico en misericordia, amor y gracia, especialmente se complace en la misericordia: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” Miqueas 7:18.

Sin importar lo que hayamos hecho, podemos escuchar al Padre decir: “Solamente regresa. Mi amor es inquebrantable. Tú siempre serás bienvenido aquí. Regresa a casa. Hay suficiente pan en la mesa; suficiente para ti”. Dios ansía que la familia esté completa otra vez. Espera que tomemos el primer paso hacia Él, Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.

  1. Dios es un Dios paciente, “tardo para la ira y grande en misericordia y bondad”: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” 2 Pedro 3:9. Desde luego, si recibiéramos lo que merecemos por nuestros pecados, seríamos rápidamente condenados, no habría una nueva oportunidad, pero Dios nos da gracia y tiempo para arrepentirnos, ya que desea que nadie se pierda eternamente, deja la puerta del arrepentimiento abierta para todos, el Señor quiere derramar vino nuevo dentro de nosotros, pero el vino nuevo no se puede derramar en vasijas viejas, quebradas, fisuradas por toda la basura, la maldición, el pecado, la enfermedad y la iniquidad… El vino nuevo se derramará y se perderá, lo dijo el mismo Señor Jesús en Marcos 2:22 “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”.
  2. Dios es un Dios que permanece: Dios nunca dejará de creer en nosotros, incluso si nosotros dejamos de hacerlo, desea que regresemos a Él, permanece con nosotros, por tal razón debemos confiar en Su promesa: “No te desampararé, ni te dejaré”. Isaías 41:17-20 “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó”.
  3. Jesús declaró en el sermón del monte, Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón porque -ellos- verán a Dios”, quienes son “ellos”, somos nosotros, los que hemos fallado, los que hemos pecado, los que hemos cometido muchos errores, los que nuestros corazones se llenaron de orgullo, vanagloria, pecado, los que decidimos decir “dame una nueva oportunidad, perdóname, hoy le pongo un alto al pecado, hoy le pongo un alto a las tinieblas”, los que decidimos regresar a la casa del Señor, decidimos regresar a la Palabra, veremos la gloria de Dios”.

Ministración: Quiero enseñar tres principios para aquellos que necesitan una nueva oportunidad:

  1. Primer Principio: El tiene el poder de transformarlo todo: Dios, como un Alfarero, tomó el barro y formó al hombre. Ahora descendamos a la casa del alfarero y junto a Jeremías 18:1-6 «Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”. Observemos como hace el alfarero: El alfarero tiene una rueda, oprime el pedal con su pie para hacer girar la rueda, al hacerlo, sus manos están trabajando el barro con destreza y hacer una vasija bien formada, con el carácter del alfarero. El alfarero tiene un poder absoluto sobre el barro y ese poder es ilimitado; Nadie puede d…