2 Samuel 11:4 “Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa”.
La expresión “daño colateral” implica un daño no intencionado o accidental a causa de cierto tipo de acción. Al parecer el concepto adquiere más significado en un contexto militar, pero también se aplica a aquellas cosas que hacemos y que producen efectos inesperados no planificados.
Quiero traer varios ejemplos: Cuando los padres se divorcian, entonces los hijos se ven obligado a criarse en uno de los dos hogares o en los dos con padrastros y madrastras o con particulares o con ninguno de sus padres; padres e hijos afectados con este tipo de daño colateral; El daño colateral cuando un empleado incumple su labor con o sin excusa válida y los demás compañeros se ven forzados a trabajar más de la cuenta. El miedo infundado por los padres también causa daños colaterales en los hijos hasta para cruzar una calle, para comer algo, para superarse, para casarse, para transitar, para dormir. El pecado de Adan y Eva, provocó daños colaterales que muchos hoy sufrimos con la entrada de la muerte, el dolor, las enfermedades, la pobreza, etc.
El gran problema es que la mentalidad del ser humano se ha vuelto tan personal, tan egoísta que a veces no entendemos que el egoísmo puede producir daño colateral; ¿De dónde viene el término daño colateral? Se utiliza comúnmente en el ámbito militar, cuando en una misión se enviaba un misil, ocurrían muertes de civiles y se justificaba con la frase “daño colateral”; daño colateral es un término que se usa para justificar el daño que causa en otros, porque lo que importaba era la misión propia.
Nuestro egoísmo genera acciones que provocan un efecto dominó en quienes nos rodean. Una mentalidad egoísta nos impide considerar las consecuencias de nuestros actos, y lo que hacemos —por insignificante que parezca— puede desencadenar caos y destrucción.
El daño colateral es el resultado de decisiones centradas en uno mismo; aunque puedan parecer ventajosas para quien las toma, terminan perjudicando a otros y multiplicando el impacto negativo en cadena.
Un ejemplo claro de daño colateral ocurrió cuando Jesús decidió venir a la Tierra para traer salvación a nuestras vidas, el cielo se vio afectado, el cielo perdió a Jesús ya que dejó su posición para hacerse hombre, el padre no tuvo al hijo al lado, lo vio sufrir, recuerda que tu salvación y la mia tuvo un daño colateral en el cielo.
En la Biblia se registra múltiples daños colaterales que produjo un hombre por tomar males decisiones; 2 Samuel 11:2-4 “Un día por la tarde, mientras se paseaba por la azotea de su palacio después de la siesta, vio desde allí a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando. Al preguntar quién era ella, le dijeron que se llamaba Betsabé, y que era hija de Elián y esposa de Urías el hitita. Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia, y ella se presentó ante él, y él la tomó y se acostó con ella. Después de tener relaciones, ella se purificó y regresó a su casa”.
Aquí vemos la profundidad de múltiples daños colaterales, David tuvo un sentimiento, una emoción, una atracción por una mujer llamada betsabé pero no pensó en el daño colateral que iba a generar esa emoción, ese sentimiento, esa atracción, que lo llevó a cometer una acción reprochable.
Así como David, nunca nos detenemos a pensar que producen nuestras acciones, si David se hubiera sentado a pensar: ¿Qué pasa si me acuesto con ella? ¿Cómo podré mirarle a la cara al soldado Urías? ¿Cómo podré mirar en la cara el padre de betsabé, cuando llegue a palacio reclamando el hecho de haber deshonrado a su hija? ¿Y qué pasa si la embarazo? ¿Y qué pasa si todo el pueblo se entera? ¿Cómo mirarán al rey después de utilizar su poder para tomar lo que no podía tomar? Nunca se sentó a hacer un desglose de los daños colaterales que producirían sus acciones y la cantidad de maldiciones que no sólo afectaron su vida emocional, su vida física, su vida como rey y como autoridad; también afectó a todos sus hijos.
Ahora la pregunta es: ¿Cuántos daños colaterales hemos producido en nuestro hogar, en nuestros hijos, en nuestra familia, en nuestro ministerio, en nuestro trabajo, en nuestra economía, en fin, “conoces a alguien, traicionas y abandonas a tu esposa y a tus hijos, tienes otros hijos además de los de ella, los muestras en tus redes sociales olvidando a los hijos que dejaste que llevan tu apellido, pasan los años y después te preguntas por qué mis hijos no me quieren, porque mis hijos no me llaman, por qué mis hijos no están conmigo, porque mis hijos no me respetan; respuesta: Daños Colaterales de tu desenfreno”, la palabra dice en Mateo 18:7 “¡Ay del mundo por los tropiezos! Es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquél por quien viene el tropiezo!”
Te has puesto a pensar si lo que estás viviendo hoy es la consecuencia o el daño colateral de algo que hiciste en el pasado debido a tu mentalidad egoísta el cual fue tu gran error y arrastras a muchos con tu error.
Pero volvamos a la historia de David y Betsabé:
Los daños colaterales que produjo David fueron muchos:
- Betsabé sale embarazada y había que taparle la barriga, la respuesta a esto fue matar al su esposo ya que no accedió a acostarse con su mujer.
- La mentira, la traición, el engaño, y por ende la muerte del bebé.
Veamos con lupa el daño colateral: 2 Samuel 12:7-15 “Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol. Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. Y Natán se volvió a su casa”.
Daño Colateral: Su hijo al que más amaba, Absalón, lo traicionó, lo sacó del trono, tomó a las concubinas de su padre y se acostó con ellas a la luz del sol, delante de todo el pueblo, David tuvo que huir, tuvo que esconderse, tuvo que sufrir penalidades, tuvo que ver morir a su hijo Absalón, su otro hijo Amnón se acostó con la hermana de Absalón, Tamar y Absalón, mató a su propio hermano Amnón, su hijo Salomón mató a Adonías, hijo mayor de David.
Si bien es cierto que la bendición de Dios otorgada a David fue grande, su grandeza lo llevó a cometer errores tan graves que se levantaron argumentos de maldición contra su vida, su hogar y su familia, como consecuencia de sus mismos pecados y todo por:
- Tener en poco la palabra de Dios: Quiero que preste especial atención a esta declaración de Dios, esto es lo más crucial de la vida de David, la Palabra de Dios a través del profeta Samuel fue la que lo había …