Isaías 30:13.
Que bueno sería que antes de recibir la bendición de Dios, se repararan las grietas para poder retener más, almacenar, acumular mas de todo lo que Dios nos quiere dar.
Cuando vamos a guardar algo que es de mucho valor no lo echamos en cualquier recipiente porque sabemos que se puede perder, lo que Dios nos da no se puede echar en un corazón agrietado, ya que las bendiciones hay que guardarlas en un lugar seguro.
Dice el Señor por medio del profeta Jeremías “porque dos males ha hecho mi pueblo, me dejaron a mi fuente de agua viva, y cavaron para si cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Jeremías 2:13.
Una “GRIETA” es una abertura larga y estrecha producida en forma natural por la falta de agua sobre la tierra, o los golpes reiterativos sobre un cuerpo sólido.
“GRIETAS” del corazón, son aberturas producidas en el alma humana por golpes reiterativos, que permiten el ingreso de elementos contaminantes que traerán muerte y destrucción espiritual al corazón.
LA GRIETA ESPIRITUAL es lo que hay en medio de la iglesia de hoy, es lo que están viviendo los cristianos de hoy, es lo que está ocurriendo al interior de las familias de la tierra. Una de las mas grandes grietas espirituales en la Iglesia de hoy es la pésima relación que tenemos con nuestro crear, en el libro de Isaías 59:1-2 está la palabra precisa para este tiempo: Puedes observar que la mano del Señor no está impedida para salvar, ni sus oídos se han agravado para no oír, son las iniquidades y los pecados las que han creado una división entre el hombre y Dios.
Las GRIETAS no se producen de un día a otro, son producidas golpes reiterativos que van dañando el alma, produciendo aberturas que de no ser curadas, permitirán que tu corazón sea contaminado trayendo con el tiempo muerte espiritual; estos golpes son la maledicencia, la deshonra, el maltrato físico, emocional, sexual y espiritual, las continuas vivencias que hemos almacenado en el corazón y que lo han convertido en un “Corazón de Piedra”. El Señor ha prometido que convertirá nuestro corazón de piedra en corazón de carne, Ezequiel 36:25-27.
El Rey Salomón es el ejemplo que podríamos tomar como “Un hombre con un corazón agrietado”, Dios habló del rey Salomón y lo exalto en gran manera 1º Reyes 3:12, prácticamente fue un hombre excepcional, sin embargo Salomón se convirtió en la excepción a su propia sabiduría.
Las grietas en su corazón y los pequeños compromisos adquiridos con el mundo lo llevó a la destrucción. Miremos entonces con detenimiento y con lupa las causas que llevó al Rey Salomón, el hombre más sabio de la historia a caer en esta profunda apostasía, veamos dos causas principales:
- 1º Reyes 3:1 “Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto . . .”, El Rey David antes de morir dió a Salomón principios y fundamentos, 1º Reyes 2:3 y Dios se lo reiteró en 2º Crónicas 7:19-20, a Salomón le pareció normal emparentar con la hija de Faraón y con otras mujeres de los pueblos de alrededor y terminó adorando los dioses de ellas 1º Reyes 11:4-8.
- 1º Reyes 3:3 “Mas Salomón amó a Jehová,… solamente”, deténgase allí, solamente ¿qué? “Solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos”. Los cancaneos sacrificaban en los lugares altos porque pensaban que los “lugares altos” les llevarían más cerca a sus dioses. Los israelitas adoptaron esta práctica para sacrificar al Señor, aunque la ley de Dios la prohibía.
Pequeños compromisos que abrieron grietas en el corazón de Salomón, que a la larga lo dividió, la pregunta aquí es: “Que compromiso has adquirido con el mundo que han desviado tu corazón, el corazón de tu hogar y el de tu descendencia?:
- Salomón nunca empezó construyendo santuarios paganos, sin embargo, el hecho de no atender las pequeñas grietas en su corazón produjo una vida de devastación espiritual.
- Nos engañamos nosotros mismos cuando pensamos que podemos tener una cotidianidad con Dios y a la vez andar en medio de pecados ocultos.
Después de muchos años Salomón se volvió a su Dios, pero ya había traído el juicio de Dios sobre su vida, sobre su casa y sobre su pueblo: Su Reino sería dividido, como había sido dividido su corazón.
Con tristeza y dolor Salomón declararía en su ancianidad: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”, Eclesiastés 12:13-14.
El proceso de transformación que Dios desea es:
- Presentar nuestros cuerpos como “sacrificio vivo, santo” Romanos 12:1.
- Rehusar seguir con los pecados reiterativos Romanos 6:14.
- Apoyarnos en la fuerza que provee el Espíritu de Dios Romanos 8:2, 6.
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