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Armas de Guerra

Tu no peleas solo, el ejército del cielo están contigo, La estructura espiritual del cielo está conformada por ángeles, arcángeles, querubines y serafines.

  • Los ángeles son servidores a favor de los que han de heredar la salvación, Hebreos 1:14 “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”, Salmos 103:20 “Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto”.
  • Los arcángeles son los guerreros y anunciadores de buenas nuevas; Miguel es el comandante del ejército del cielo, Daniel 10:13 «Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. 
  • Los querubines son el transporte de Dios; Salmos 18:10 “Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento”.
  • Los serafines son los adoradores; Isaías 6:2-3 “Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”.

La estructura espiritual del infierno se encuentra descrita en Efesios 6:12 habla de Principados, potestades, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, gobernadores de las tinieblas; “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Vivimos en medio de una batalla y necesitamos aprender como pelear y como vencer.

Una de las principales revelaciones acerca de quien es Dios se encuentra en Jeremías 10:14-16 “Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella. Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán. No es así la porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre”; Dios es el director del ejército del cielo, Él es poderoso gigante, Dios fuerte, omnipotente, Él es nuestro Padre Celestial.

A nosotros, los que creemos, Dios nos concede la victoria por medio de Cristo. Pablo exclama con triunfo: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Corintios 15:57. Esta victoria definitiva sobre el pecado, la carne, el mundo y Satanás debe ser obtenida mediante la aplicación de las armas espirituales que el Señor nos ha dado.

Estas armas espirituales “son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” y encuentran su origen, potencia y efectividad en nuestro Señor Jesucristo:

  • El Nombre de Jesús es nuestra autoridad: Hablar o actuar en nombre de alguien es obrar en representación suya, porque participamos de su autoridad. El nombre de nuestro Señor no es cualquier nombre. Es el nombre del Señor de señores, Filipenses 2:9-10 “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”. Al invocar el nombre de Jesús tomamos su lugar y usamos su autoridad como si Jesús mismo estuviera presente y actuando en todo su poder.
  • La Palabra de Dios es nuestra espada: Jesús venció a Satanás por la Palabra de Dios. A cada tentación del enemigo, Jesús respondió: “escrito está”. De la misma manera nosotros podemos vencer a Satanás por la Palabra de Dios. La Palabra, usada bajo la guía del Espíritu, es la que nos da autoridad sobre Satanás. Su Palabra es el arma más segura.
  • La fe es nuestra victoria: En 1 Pedro 5:8-9 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”.
  • La sangre de Jesús es nuestra protección: La sangre del Cordero de Dios rompe el poder del pecado. Al derramarla en la cruz, Cristo venció a Satanás; al hacer pacto con Cristo, su victoria nos pertenece. Es por esto que Juan afirma: “Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero” Apocalipsis 12:11a.
  • El Espiritu Santo es nuestra fuerza: 1 Corintios 6:17 “El que se une al Señor se hace uno con él en espíritu” La presencia plena del Espíritu Santo es la que nos llena de fortaleza y poder para confrontar cualquier embate del enemigo. El Espíritu Santo es quien nos fortalece, Efesios 3:16 «para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu” y él es quien nos da poder, Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…”.

Hay batallas que se ganan cuando Dios interviene; Zacarías 4:6 “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”.

La batalla mas importante de la Biblia es la de David y Goliat, David conocía a Dios, sabía a quien invocar en medio de la batalla, sabía como clamar; Le llamaba Padre, Consolador, Consejero, cuando necesitaba auxilio sabía que Dios era su Pastor, conocía el carácter de Dios. 

David sabía que no podía vencer al gigante; muchas veces con nuestra fuerza nada vamos lograr, hay una doctrina falsa llamada la “autosuficiencia”, y todo porque se agarraron den un versículo bíblico mal interpretado, Filipenses 4:13 «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, confía en ti, empodérate, confía en que todo lo puedes, en tu capacidad, esa es una doctrina diabólica; Mas bien confía en que si Dios está contigo, todo lo puedes; y por mi yo no puedo hacer nada, Jesús lo dijo en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”; hay caídas que solo Dios puede levantar, el caso e Elias en 1 Reyes 19:1-8 (Hacer el relato).

Veamos lo que ocurrió en la batalla entre David y Goliat: 1 Samuel 17:45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”, Aquí vemos a David invocando en nombre de Jehová de los ejércitos, esta es la razón por la cual nosotros en medio de la batalla debemos levantarnos en contra de nuestro enemigo declarando: “Te voy decir quien es el que pelea por mi, Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel”: 

  • David estaba seguro de su victoria porque Goliat se metió con el pueblo de Dios “El que se mete contigo provoca en ira a Dios, el que se mete con la iglesia provoca a Dios, el que se mete conmigo provoca a Dios”.

1 Samuel 17:46 “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”

  • Pelea la batalla hasta el fin; en medio de las circunstancias difíciles permanece, en medio de dificultades afírmate, David no huyó, el peleó una batalla que no era de el, permanecer es ser fiel.

1 Samuel 17:47 “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”. 

  • Pelea, porque por la batalla que estas peleando, Dios te va a levantar.

Veamos con que arma venció Davi…