Dios creó al primer hombre en absoluta perfección y lo constituyó en un ser tripartito: espíritu, alma y cuerpo, en estos momentos se cumplía el orden interno en el ser humano:
El espíritu del hombre estaba unido a Dios.
El alma en estado de inocencia estaba sujetado a la dirección del espíritu.
Y por consiguiente el cuerpo podía vivir eternamente.
Al entrar el pecado este orden fue alterado, el alma tomó el señorío, la mente se coronó como soberana, sustentada por el conocimiento humano y el cuerpo sufrió las consecuencias… LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE.
Pensamiento, palabra o acción que va contra la voluntad y de los preceptos de Dios. Es la transgresión voluntaria de la ley divina o de alguno de sus preceptos. Por otro lado, el pecado es visto como todo aquello que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido, es considerado una ofensa a Dios, debido a la violación de la ley y los mandamientos de Dios, lo cual produce la ruptura de la relación entre Dios, y el individuo.
El hombre cambió el conocimiento, la comunión y el poder de Dios por el conocimiento humano y natural al aceptar la insinuación del diablo, de intentar hacerse un dios y al hacerlo murió espiritualmente, el espíritu quedó sin acceso a Dios, la muerte entró al hombre y con ello todo lo que pertenece al imperio de la muerte: La enfermedad, maldición, iniquidad, dolor, tragedia, oscuridad, pecado, en otras palabras, desorden y tinieblas.
Cuando el ser humano se vuelve a Dios con todo el corazón comienza a experimentar a Dios en toda su plenitud, empieza a experimentar el poder sobrenatural de Dios a través de sanidades, milagros y prodigios.
La primera y más profunda sanidad que Jesús nos trae es el perdón de los pecados. Cristo murió para librarnos del pecado y hacer posible la salvación; pero ahora a nosotros nos toca hacer nuestra parte: arrepentirnos y convertirnos.
Esta es la salvación y la sanidad en su nivel más profundo es que el perdón de los pecados está íntimamente conectado con la sanidad física y emocional. No se trata de procesos separados; incluso me atrevería a decir que muchas veces la enfermedad física es una señal de que hay alguna situación espiritual o emocional que aún no se ha resuelto con Dios o con el prójimo, por tal razón no podemos olvidamos que tenemos un Dios sobrenatural; Sobrenatural significa que excede lo natural, nuestro Dios nos ha dejado un evangelio acompañado de señales, Marcos 16:17-18 “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”; esto que menciona el evangelio de Marcos es sobrenatural.
Las señales son acontecimientos o experiencias:
- Que demuestran el poder de Dios. Muchas veces se muestran a través de milagros y prodigios.
- Indican y anuncian acontecimientos muy importantes y se manifiestan a través de los pactos que Dios ha hecho con nosotros, sus hijos.
- Las señales también pueden dar testimonio de un llamamiento divino.
- La palabra señal también se emplea en las Escrituras como recordatorio de un acontecimiento que no se debe olvidar, por ejemplo todos los acontecimientos ocurridos desde que Dios llamó a Moisés hasta la liberación de los hijos de Israel de tierra de Egipto hasta el caminar del pueblo de Israel desde el mar rojo hasta el borde del Jordán.
Siempre que hay una manifestación sobrenatural de Dios, Dios rompe las leyes naturales:
- La ley de la gravedad:
- El libro de Éxodo registra la abertura del mar rojo en dos grandes olas que desafiaron la ley de la gravedad al mantenerse como muros al lado y lado mientras el pueblo de Israel pasaba en seco.
- Jesús caminó sobre las aguas, Mateo 14:25-32 “Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!. Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!. Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento”.
- Jesús desaparece cuando lo tenían acorralado: Juan 8:58-59 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”, RVR60. “En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo”, NTV.
- Jesús lo que divide, lo multiplica: A Jesús le dieron 5 panes y 2 peces; toma un pan y lo divide; Según la ley natural lo que se divide se disminuye o se reduce a la mitad, pero Jesús lo que dividió se multiplicó. Cuando Jesús comenzó a partir el pan, cada porción del pan crecía y se multiplicaba, lo mismo ocurría con los peces.
- La resurrección de Lázaro: Jesús dejó que a Lázaro le salieran gusanos, y se pudriera, Juan 11:3-4 “Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”, Juan 11:6 “Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba”, Juan 11:11 “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle”, Juan 11:17 «Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro”, Juan 11:21-27 “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”, Juan 11:38-44 “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir”.
- La resurrección del hijo de la viuda de Naim: Lucas 7:11-17 “Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naim, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.Y acercándose, tocó el féretr…