Mateo 18:21-35, Santiago 3:2, Mateo 5:22-25. Es bien claro que el tema del “Perdón” y el “Arrepentimiento” son esenciales en el Cristianismo: Nadie puede encontrar al Salvador sin que primero se ARREPIENTA. Nadie puede ser perdonado sin que primero perdone, el perdón de DIOS debe producir en nosotros un espíritu perdonador. Recuerde que los 10 mandamientos, CUATRO de ellos tienen que ver con nuestra relación con Dios, y SEIS de ellos con nuestra relación entre nosotros mismos.
Cuando vemos esta parábola nos damos cuenta de : El Siervo que fue llamado a cuentas recibió:
El Perdón inmerecido. Esta hermosa Parábola de nuestro SEÑOR JESUCRISTO, nos muestra DOS cosas muy importante, la primera es el PERDÓN INMERECIDO que el ser humano recibe de parte de DIOS, no merecemos el perdón de DIOS, ni podemos pagarlo con nada. La segunda es que la persona que ha recibido el PERDÓN de DIOS, debe aprender a PERDONAR.
El pago de una deuda impagable. Es importante anotar que este hombre sabía que su deuda era bien grande; sin embargo, parece ser que no se preocupó hasta que le pidieron cuentas, lo mismo ocurre con nosotros, nos despreocupamos del perdón hasta que algo terrible ocurra en nuestras vidas y la verdad es que no tenemos con que pagar todo lo que debemos y se nos ha perdonado, «Como él no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su esposa y a sus hijos, y todo lo que tenía, para así saldar la deuda.» Era común en aquellos tiempos vender la esposa e hijos como esclavos, para así recuperar la deuda, pero en este caso, los hijos y la esposa solamente compensaría una porción muy baja de la deuda, porque recuerden que la deuda era en nuestros días de MILLONES de pesos.
Perdonado, pero sin querer perdonar. Este siervo injusto nos muestra que no se había ARREPENTIDO de verdad, porque después de haber sido perdonado de una deuda tan grande, no quiere perdonar una deuda pequeña, y ocurre lo que nos ha ocurrido a nosotros: Quedamos sometidos a los verdugos, ¿cuales son los verdugos?.
¿Hasta siete veces? – (Verso 21) «Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?», la respuesta de nuestro SEÑOR fue SETENTA VECES SIETE, en realidad no importa cual sea la cantidad, el mensaje aquí es: “sin límite”. Escucha las charlas en el nuestro podcast o en iTune